El presidente de la República Dominicana, Luis Abinader Corona, lleva una carga pesada sobre sus hombros al tener a cuesta, como el buey que más jala, las riendas del gobierno nacional, convirtiéndose en ejecutor y defensor de sus propias acciones, a pesar de tener ministros, directores y administradores que en sus funciones no se dejan sentir ante el pueblo.
Los ministros y demás funcionarios del gobierno son designados para dirigir instituciones y así ayudar con la carga del gobierno al presidente de la República, pero en el actual gobierno ocurre lo contrario.
Los funcionarios no entienden que ayudar y proteger la imagen del presidente es cuidar el poder, pero los ministros solo se ocupan en disfrutar el privilegio del poder con jugosos salarios y otros beneficios. No les preocupa la difícil situación que enfrenta el gobierno ante los desafíos que arrastra la globalización.
La cultura partidaria dominicana está plagada de políticos que en la oposición son expertos resolviendo problemas imaginarios y en el gobierno son ‘’mucha espuma y poco chocolate’’
Los ministros fantoches y derrochadores de recursos del Estado están sumergidos en la vanidad del poder y se olvidan de la figura del presidente Luis Abinader, quien ha tenido que enfrentar todas las dificultades que acarrea la inoperancia de su gabinete, con escasas excepciones como la que se produce en el Ministerio de Turismo, entidad que camina sin el empuje del mandatario
Muchos ministros están atrapados por la prepotencia y la arrogancia que da el poder y han perdido el rumbo con su accionar, por lo que lejos de cuidar la imagen del presidente Luis Abinader, están tirando por la borda los esfuerzos del mandatario por ayudar a que el partido y sus dirigentes sigan en el poder más allá del 2024.
Los ministros y otros funcionarios, así como la dirigencia del PRM, están obligados a cuidar la imagen de la máxima figura del Estado, encarnada en Luis Abinader Corona, por lo que deben estar prestos a defenderlo ante las lluvias de ataques que se avecinan, desde la oposición políticas que asecha cualquier error que empañe la bien valorada imagen que ha logrado el mandatario.
Muchos de los personajes que rodean al presidente Abinader se dedican a ‘’ tumbarle polvo’’ y cubrirlo de lisonjas, pero no lo ayudan en su misión de gobernar bien y le están haciendo un flaco papel a su gobierno.
Si no se toman las medidas pertinentes las consecuencias podrían ser letales y el PRM tendría un despertar amargo, sobre todo, para aquellos funcionarios que no han sabido ser humildes y se han embriagado con la magia del poder, pero sobre todo que se benefician del Estado y no hacen la función para la cual fueron designados.
