El amor imposible y la obsesión de un hombre por una mujer joven, atractiva e inteligente, como la actriz y comunicadora Chantal Jiménez Vargas, cuya belleza estaba expresada mas allá de los atributos de su cuerpo, casi siempre se convierte en tragedia.
Empero, lo ilógico es que la propia Chantal presentía la muerte y lo expresa en los textos que publicaba en las redes sociales, en cuyo contenido daba a conocer que la muerte le rondaba y que el sabor a sangre estaba en su boca, por lo que sentía desplomarse ante la presencia de todos los que la rodeaban y conocían su calvario.
Sus padres han expresado que temían por la vida de la joven y esbelta mujer y que hacían hasta lo imposible para ver finalizada tan traumática relación. Todos sus allegados presentían lo que iba a ocurrir, lo que deducían a partir de las actuaciones exhibidas por quien se creía un macho Alfa que disfrazó y confundió el amor con la posesión del ser como objeto de su pertenecía.
Existen todos los elementos para hacer una simbología de »Crónica de Una Muerte Anunciada», porque son similares los hechos que antecedieron a la dramática tragedia ocurrida el pasado sábado santo, 8 de abril, cuando la comunicadora, influencie social y actriz Chantal Jiménez Vargas se convirtió en otra de las mujeres que son víctimas fatales de los hombres que entienden la que vida de su pareja sentimental les pertenece como un objeto cualquiera.
Otro elemento que convierte la historia en una muerte anunciada es la confirmación que hace la Fiscalía de Santo Domingo Oeste de que había dictado, el pasado miércoles santo, una orden de alejamiento al verdugo que le cegó la vida a la comunicadora Chantal y que luego se suicidó, hecho ocurrido en su residencia de la Urbanización Fernández del Distrito Nacional.
La orden de protección fue otorgada a favor de Jiménez Vargas, en ocasión de la denuncia incoada por esta en contra de su ex pareja el 5 de abril pasado, por violación a los artículos 309-2, 302-3 del Código Penal, modificado por la Ley 24-97 de violencia intrafamiliar, que fue objeto de investigación por el ministerio público.
Igualmente, Graciano Cepeda fue arrestado en esa ocasión debido a que le habría tirado un tiro en un pie a su pareja, razón por lo que se encontraba detenido en un destacamento de Manoguayabo, pero por la insistencia de Jiménez Vargas fue dejado en libertad, según el padre de la víctima Roque Jiménez Vásquez.
Ha esos vaticinios, semejantes a la obra del afamado escrito Gabriel Garcia Márquez »Crónica de una Muerte anunciada», se suman otros hechos de violencia de género, maltrato físico y egresión verbal, ocurridos entre la pareja y que eran de conocimiento público.
Tanto la victima como sus padres, amigos y relacionados presentían que la relación marital de Chantal y Graciano Cepeda no iba muy y temían que terminara en tragedia como ocurrió, pero por destino de la vida o respeto a la intimidad y relación de pareja nadie intervino para evitar el desenlace fatal.
El amor imposible y la obsesión de un hombre por una mujer joven, atractiva e inteligente, como la actriz y comunicadora Chantal Jiménez Vargas, cuya belleza estaba expresada mas allá de los atributos de su cuerpo, casi siempre se convierte en tragedia.
Empero, lo ilógico es que la propia Chantal presentía la muerte y lo expresa en los textos que publicaba en las redes sociales, en cuyo contenido daba a conocer que la muerte le rondaba y que el sabor a sangre estaba en su boca, por lo que sentía desplomarse ante la presencia de todos los que la rodeaban y conocían su calvario.
Sus padres han expresado que temían por la vida de la joven y esbelta mujer y que hacían hasta lo imposible para ver finalizada tan traumática relación. Todos sus allegados presentían lo que iba a ocurrir, lo que deducían a partir de las actuaciones exhibidas por quien se creía un macho Alfa que disfrazó y confundió el amor con la posesión del ser como objeto de su pertenecía.
Existen todos los elementos para hacer una simbología de »Crónica de Una Muerte Anunciada», porque son similares los hechos que antecedieron a la dramática tragedia ocurrida el pasado sábado santo, 8 de abril, cuando la comunicadora, influencie social y actriz Chantal Jiménez Vargas se convirtió en otra de las mujeres que son víctimas fatales de los hombres que entienden la que vida de su pareja sentimental les pertenece como un objeto cualquiera.
Otro elemento que convierte la historia en una muerte anunciada es la confirmación que hace la Fiscalía de Santo Domingo Oeste de que había dictado, el pasado miércoles santo, una orden de alejamiento al verdugo que le cegó la vida a la comunicadora Chantal y que luego se suicidó, hecho ocurrido en su residencia de la Urbanización Fernández del Distrito Nacional.
La orden de protección fue otorgada a favor de Jiménez Vargas, en ocasión de la denuncia incoada por esta en contra de su ex pareja el 5 de abril pasado, por violación a los artículos 309-2, 302-3 del Código Penal, modificado por la Ley 24-97 de violencia intrafamiliar, que fue objeto de investigación por el ministerio público.
Igualmente, Graciano Cepeda fue arrestado en esa ocasión debido a que le habría tirado un tiro en un pie a su pareja, razón por lo que se encontraba detenido en un destacamento de Manoguayabo, pero por la insistencia de Jiménez Vargas fue dejado en libertad, según el padre de la víctima Roque Jiménez Vásquez.
Ha esos vaticinios, semejantes a la obra del afamado escrito Gabriel Garcia Márquez »Crónica de una Muerte anunciada», se suman otros hechos de violencia de género, maltrato físico y egresión verbal, ocurridos entre la pareja y que eran de conocimiento público.
Tanto la victima como sus padres, amigos y relacionados presentían que la relación marital de Chantal y Graciano Cepeda no iba muy y temían que terminara en tragedia como ocurrió, pero por destino de la vida o respeto a la intimidad y relación de pareja nadie intervino para evitar el desenlace fatal.
