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viernes, 22 de octubre de 2021

Músico y cantante de Tamboril será operado de columna vertebral, tras fatal accidente

CODIGO 32
TAMBORIL, REP. DOM. - José  Luís Vargas López (Tato Vargas), músico y cantante de la agrupación de "Junior Rodríguez" y de "Los Claveles Míos"  será sometido a una intervension quirúlgica en  la columna vertebral, tras sufrir golpes contundentes en un accidente  de tránsito que tuvo la pasada semana.
Vargas lleva varios días  ingresado en una clínica de Santiago y su estado de salud es de pronóstico reservado, debido a que en el accidente vehicular sufrió golpes en la cabeza y en otras partes del cuedro. 
Tato Vargas es oriundo de la comunidad Canca Arriba del distrito municipal de Canca la Piedra y se ha destacado como músico y segunda voz en diversos grupos de bachata de Tamboril.  
Cientos de personas se han solidarizado con su caso, a traves de las redes sociales y piden una cadena de oración por su salud, así como ayuda económica para costear la delicada operación.
 

¿Cuándo fue que nos volvimos ridículos?

CODIGO 32
Por Johan Rosario
(Empresario, periodista y laureado escritor dominicano )
Esta sociedad que encamina a una niña por las sendas de la precocidad sexual, es la misma en la que un carro vale más que un hermano, la que te llena un parque para cantar y fumar marihuana al ritmo del Remix "Tamo en patilla", mientras rechaza un evento cultural para abordar temas históricos o de carácter literario; la que privilegia el uso de aretes hasta en los ojos y en la que no tener tatuajes es sinónimo de atraso; la que en el mismo lugar donde cultas damas recitaban "Tabaré" hará varias décadas, hoy prefieren tararear "Yo quiero un hombre que me amance"; la que te tilda de "baboso" si haces buen uso del lenguaje, y la que -todo sea por el dinero que tienen- encarama a delincuentes y narcotraficantes en tarimas para rendirles pleitesías redentoras
Retumba con violencia el hit del momento, "Pepas". --(Desacata'o)
(Empastilla'o)
(¡Qué maldita nota!) --advierte el tema como preludio de lo que viene. La niña de apenas 12 anos, entretanto, enrosca sus muslos con los del joven que la corteja en el pornográfico "perreo de Pepas". Aunque su cadencia y el provocador tongoneo dan a entender que se trata de una mujer hecha y derecha, una tía, a voz en cuello, desbarata esa impresión al proclamar, orgullosa --y eso, que apenas tiene 12 añitos. Pasmado, contemplo aquél sorprendente espectáculo y mientras me acomodo para tomar nota, apenas llego a deslizar la pluma intentando teorizar sobre lo mal que camina esta sociedad, cuando otro criollo, Vakeró de nombre, irrumpe aún con más ímpetu, rompiendo por completo mi concentración --ay, sí, ven pa' romperte la tela --vocifera el músico con grande estridencia. Vencido por los hechos, tiro el lápiz al zafacón y presuroso salgo del lugar. --No miraré hacia atrás --pienso--, mientras camino ya afuera de aquella casa en cuyo interior se celebra, a la clara, una deprimente orgía de la menor, con el consentimiento de varios familiares. Sin embargo, bien dice el dicho que la curiosidad mató al ratón. No me contengo y segundos después miro hacia atrás: entonces, el asombro cubre ahora más mi rostro con la nueva escena que apresan mis ojos: la niña se relame de gusto, mientras el joven con el que antes bailaba, introduce su lengua por el ancho escote de su blusa. Ya no quise ver más y comprendí, muy a mi pesar, que vivimos una era en donde los valores no tienen casi sentido. Esta sociedad que encamina a una niña por las sendas de la precocidad sexual, es la misma en la que un carro vale más que un hermano. Es la que te tacha de estúpido si honras una deuda a tiempo; la que te llama pariguayo si no tomas ventaja del prójimo; la que te llena un parque para cantar y fumar marihuana al ritmo de Pepas, que viva usted su vida, que yo vivo la mía, mientras rechaza un evento cultural para abordar temas históricos o literarios, la que en el mismo sitio donde cultas damas recitaban "Tabaré" hará varias décadas, hoy prefieren tararear "Yo quiero un hombre que me amance", y triunfa Takicha simbolizando una perra encadenada, la que te considera anticuado si no usas arete hasta en los dientes o un vistoso tatuaje en los brazos; la que te tilda de "baboso" si haces buen uso del lenguaje; la que te llama "atrasao" si no te ciñes a las modas de época; la que te exige grandes cadenas y guillos como garantía de solvencia material, y la que, todo sea por su dinero, encarama a delincuentes y narcotraficantes en tarimas para rendirles pleitesias redentoras. Viendo todo este extravío, y la adherencia al mismo de figuras anteriormente paradigmaticas, la pregunta surge sola: ¿Cuándo fue que todos nos volvimos ridículos?...¿Cuándo fue que dejamos de apreciar la simpleza de la lluvia, la limpidez del cielo y la hermosura que proyecta el vuelo de una mariposa?...¿Cuándo fue que nos arropó esta oleada de vergonzosos antivalores?...¿Qué fue lo que pasó realmente? Ya abril no tiene colores ni matices, y las flores no sirven a las enamorados. Hoy una novia prefiere que le regales una cirugía plástica antes que declamarle poesías de Neruda, Vallejo o Dagoberto López; un verso de Benedetti cae aplastado ante la oferta de un apartamento amueblado y un carro con aire acondicionado calibra más a un mujer que un suave susurro al oido. Hoy por hoy regalar un libro se ha vuelto un insulto. Los estantes con obras de García Márquez, Hernández Franco y Saramago han sido suplantados por perfume Channel, y maquillaje L'oreal. En todo ello pienso a menudo y me derrumba la terrible convicción de que, desgraciadamente, lo absurdo y trivial ya nos ha ganado la batalla.

Qué dijo la gobernadora Rosa Santos que enojó al alcalde de Tamboril? Nada malo.

CODIGO 32

El enojo y las ahlaracas del alcalde de Tamboril  contra los dirigentes del PRM no es por el manejos de los deportes en el municipio ni por el supuesto secuestro de los centros deportivos, sino que con esa acción se busca ocultar que  manos oscuras tienen  la intencion de quedarse con los terrenos del Play Nevesa, adquirido con dinero del Estado.