El panorama que vive la militancia del Partido Revolucionario Moderno (PRM), en Tamboril, es de incertidumbre por las sartas de mentiras que les han tejido a las bases desde la dirigencia Nacional y municipal de esa organización sobre la elección del candidato a alcalde en este municipio.
Las dudas, a causa de las mentiras, tienen incrédulos a los militantes y simpatizantes del PRM de Tamboril, debido a que la dirigencia nacional de ese partido anunció que la candidatura a alcalde está reservada, se supone para un aliado y corrió como pólvora en un mar de rumores la versión de que la posición ejecutiva municipal es para el principal enemigo local de los perremeistas (el actual alcalde) o para un lacayo suyo.
Otra mentira, mal articulada, es la del precandidato y candidato por 25 años de PRM Juanbo, quien también asegura que fue escogido como el candidato y que sería señalado por el presidente Abinader y la cúpula del partido, lo que constituye una vulgar falsedad con la que se engaña a si mismo y desorienta a la militancia y a la población votante, porque no habrá tal señalamiento sino lo que convenga al partido y a la reelección.
Esa y otras mentiras reiteradas están refrendadas por algunos empresarios de Tamboril que dicen defender al PRM para que la candidatura a alcalde sea de ese partido y no para el enemigo, pero esa defensa parece una falacia orquestada para echar agua esperanzadora al fuego ardiente de los perremeistas.
Sin embargo, como una forma de mantener la unidad y la agitación política, las autoridades electores del partido afirmaron, en una ocasión, que la candidatura a la alcaldía de Tamboril no esta reservada y que la elección en ese renglón será por encuesta.
El peligro de la fricción entre los grupos antagónicos de la política en Tamboril es la sangrante herida que no permitirá una acuerdo entre las partes para caminar juntos en el proselitismo en la venidera campaña electoral del 2024.
En tanto que la cúpula nacional del PRM, así como el alcalde y el exalcalde de Tamboril mantienen inmersa en un mar de dudas a la militancia de ese partido, como consecuencia de las mentiras y el engaños que utilizan como tácticas en medio de un pugilato lacerante que podría afectar de manera negativa al gobernante partido.
Las autoridades municipales del PRM, en vez de orientar a las bases como les corresponde, las desinforman con datos falsos e interesados, porque son jueces y parte del conflicto y en vez de hacer bien rompen la convivencia necesaria para la unidad y la salud de la organización.
Esa situación podría dar al traste con un desmembramiento local de la citada organización política, a causa de una disputa fratricida por la candidatura a alcalde, donde tanto el actual ejecutivo municipal y el eterno aspirante a esa posición por el PRM mienten al pueblo diciendo que son los favoritos del presidente Luis Abinader para esa posición, cuando en realidad no hay una decisión concreta sobre quien será el candidato escogido.
Si hay algo que resulta verdaderamente lamentable es la mentira y la falsedad. Ambas cosas son capaces de destruir todo a su paso, de devastar los grupos sociales y hacer caer a las torres más altas.
Cuando un sentimiento tan importante como la confianza se quiebra, algo en nuestro interior fallece. Esto ocurre porque la mentira y la falsedad pone en duda mil verdades, haciendo que nos cuestionemos incluso las experiencias que creíamos más francas.
Así ocurrirá en el PRM y en el pueblo de Tamboril cuando se conozca la verdad de quien será el candidato a alcalde de este municipio por la gobernante organización política.
En tal sentido, podría ocurrir lo contrario si las autoridades del PRM deciden una solución salomónica, al estilo Peña Gámez, de forma que gane la reelección y el liderazgo local quede conforme y así preservar la salud y la unidad del partido en Tamboril.