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viernes, 6 de agosto de 2021

Conozca la tragedia de una madre, su hija y su nuero

CODIGO 32

Claudio fue el primer hombre que conoció Stefanía, con quien decidió establecer una relación amorosa. La pareja llevaba varios años juntos cuando ocurrió la desgracia que destruyó su hogar. Mantenían una relación que pintaba trillar un camino de alegría y felicidad, porque ambos se profesaban amor. Pero “el diablo nunca duerme y penetró a la vida de la joven pareja, en forma de mujer’’ dijo, conmovida por la tragedia, una vecina colindante de la casa donde vivían en Alma Rosa II, Santo Domingo.

La situación cambió cuando la joven mujer se enteró de que su esposo tenía una amante, con quien procreó un hijo, y desde entonces ambos se enfrascaban en peleas acaloradas y agresivas, con graves secuelas de lesiones físicas.

El horror y la fatalidad asomaron a la unidad de la familia cuando los frecuentes pleitos conyugales se convirtieron en una costumbre. Los atropellos físicos y verbales eran  el pan nuestro de cada día en el joven hogar.  Stefanía reprochaba la conducta infiel de Claudio, quien negaba con excusas su conducta, y eso provocaba en ella una ira incontenible que le hacía hervir la sangre. La relación se volvió un infierno, sobre todo para ella que hasta llegó a recibir llamadas burlonas de la amante de su marido.

El amor y la actración física se sobrepusieron a los pleitos y concibieron la criatura que sería el caldo de cultivo que marcaría la vida de ambos para siempre.

Antes de salir embarazada, Stefanía tenía un saloncito donde arreglaba uñas y hacía  otras labores de belleza  y así se ganaba la vida y ayudaba a su esposo en el sustento del hogar. Claudio logró viajar a Estados Unidos, país que visitaba de forma frecuente. Cuando viajaba le mandaba dinero para el pago de la casa y cubrir sus necesidades. A principios de año fue y regresó a los dos o tres meses, y ya hablaba de llevarse también a su mujer, pero el infortunio asechaba: una tragedia se estaba gestando y eso echaría por el suelo todos sus planes.

El embarazo fue complicado y sabiendo del estado delicado por el que atravesaba su esposa y la criatura que llevaba en su vientre, Claudio trató de sosegar la relación con un trato afable, pero aun así los celos devoraban las entrañas de la mujer y agitando su cerebro.

Con apenas 22 años de edad, ella alumbró una hermosa niña en ausencia de Claudio, quien se encontraba en Estados Unidos. Antes de ocurrir la tragedia su esposo había regresado al país para conocer y declarar a su hija, la que apenas tenía tres semanas de haber nacido.

La nota discordante, peligrosa y extraña en esta historia la puso la conciliación con la familia de  la señora Kenia Lora, quien fue la madre biológica de Stefanía García, pero no de crianza. No se llevaba bien con su hija ni con su nuero, por lo que la relación de los tres era peor que una tempestad.

A pesar del distanciamiento y las fricciones existentes, Kenia quería conocer a su nieta y decidió acudir en auxilio de su hija y la atendió durante el parto y en los días de riesgos, por lo que la gente no se explica cuál fue la razón de las fatales consecuencias en que terminó la relación de Stefanía, su esposo y su madre.

El martes 3 de agosto del 2021 la noche estaba oscura y una mujer fue captada en cámara de video de vigilancia escapando con una niña en brazos de los apartamentos del complejo habitacional de Alma Rosa II, en Santo Domingo, capital de la República Dominicana.

Al día siguiente la parturienta  fue encontrada muerta y su madre habría confesado en la Fiscalía que la mató y luego calcinó su cuerpo, hecho que cometió rociándole amoníaco, prendiéndole fuego a su cuerpo para quemar así a su propia hija, el martes en la noche.

Según testimonios, Kenia Lora dijo que llegó a eso de las 9 de la noche a la casa de Stefanía, la mató, procedió a incinerarla y luego se llevó a su nietecita de apenas 18 días de nacida. Sin embargo, la autopsia revela que la joven recibió golpes antes de ser calcinada.

Kenia y Claudio fueron detenidos por la Policía Nacional para fines de investigación y la niña fue entregada a CONANI para su cuidado hasta que el caso sea ventilado por la justicia.