Por Rey Arturo Taveras
''El triunfo del diputado
Omar Fernández, como senador del
Distrito Nacional de la República
Dominicana, ha sido una derrota al
presidente del país, Luis Abinader, al
gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM) y aliados, así como al
liderazgo de su propio padre, el tres veces presidente de la nación, Dr. Leonel Fernández,
al tiempo que rompió con el mito de
que el Estado se impone y que su poder es avasallador''
Con el triunfo de Omar Fernández ha nacido una estrella, un héroe
político que rompió parámetros y demostró capacidad, juventud y carisma, el cual
marcará en la historia política dominicana un antes y después del 19 de mayo
del 2024, porque al ganarle a una descomunal fuerza partidaria se vislumbra
como el nuevo líder de la oposición y el candidato presidencial a vencer en el 2028.
Omar se impuso a una poderosa fuerza política y económica que asustaba a cualquier candidato de
una oposición débil, desmembrada y desacreditada, en una demarcación territorial controversial, en términos partidario,
así como con alcaldes que gozan con simpatía y recursos para imponerse, lo que
implicaba un reto grande para el candidato senatorial Omar Fernández de la
Alianza Rescate RD.
En la contienda
electoral Moreno vs Fernández el pleito era desigual, parecido al de David y Goliat de la biblia en
torno a las candidaturas del veterano hombre de vida pública Guillermo Moreno y el joven diputado e
incipiente político Omar Fernández, porque más que una lucha por la senaduría,
en el Distrito Nacional se midieron las fuerzas partidarias y el futuro político
de República Dominicana.
Se recuerda que Omar salió adelante y corrió solo por mucho
tiempo y eso le permitió posicionarse, favorecido por su condición de joven
decente, preparado, de buen manejo y modales admirables, lo convierte en una
figura política fresca, potable y fácil de proyectar, que ha podido ganarse la
simpatía de la población joven y de las
mujeres.
El pasado domingo 19 de mayo marcó un nuevo rumbo de la
política dominicana con el nacimiento de un líder presidencial que emerge como
llama ardiente y se sobrepone a las cenizas del liderazgo de su padre, el cual
tendrá que ponerse a un lado para ver a su vástago descollar como un Alejandro
Magnum de la modernidad ante un Rey Filipo, viejo, sin fuerzas y desacreditado.