Con el desgaste que genera el tiempo de casi 14 años en el poder
municipal, el maltrato sistemático que generó profundas heridas al adversario
que trató como a su peor enemigo y que ahora necesita como aliado para ganar,
con el sector empresarial más poderoso del
municipio en contra y con el tiempo encima para orquestar un proyecto
político, nacido de la controversia y la imposición , el alcalde de Tamboril
transita el camino de una peligrosa encrucijada
que lo podría llevar a una vergonzosa derrota electoral en febrero del próximo
año 2024.
Reza un
postulado político muy dominicano que ‘’el poder desgasta’’. Eso es lo que ha
ocurrido con el alcalde de Tamboril, Anyolino Ludame Germosén León, quien es el candidato a la misma posición por
la alianza política conformada por el naciente partido Justicia (JS) y el
Partido Revolucionario Moderno (PRM).
El actual
alcalde, en cuestión, llegó al poder
municipal en el 2010 en medio de la euforia que genera la necesidad de cambio
en la administración pública. Era una
figura fresca en la política de Tamboril y emergía como líder municipal del
poderoso Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el que detentaba el poder de la nación
dominicana, por lo que le confirió todo
el apoyo del Estado para convertirlo en
máximo ejecutivo del pueblo de la villa de Los Samanes, la Pajiza Aldea del
Poeta Tomás Hernández Franco.
Sus
posteriores triunfos (2016 y 2020) también los obtuvo con el apoyo del Estado y
con un partido con estructuras sólidas, a pesar de cuyas fuerzas, amenazas y
marrullas ganó los dos últimos periodos por escaso margen de diferencia de su
contendor del PRM, pero infirió heridas y golpeos que en la actualidad se
revierten en su contra y podrían destronarlo.
En su nueva
proeza política, el alcalde de Tamboril no cuenta con la poderosa maquinaria
del PLD, cuyas fuerzas se dividieron y lo adversan con furia y venganza, pero
ha jugado la peligrosa estrategia de refugiarse en la casa del partido que
trató como enemigo, del cual logró ser candidato rompiendo las cabezas de los
líderes que lucharon en su contra, a los
que tras humillarlos, procura que lo apoyen para emerger del fuego y
de las cenizas que procuran sepultar su liderazgo.
Pero su
esperanza de seguir siendo el alcalde de Tamboril está cifrada en la división de la oposición, el poder
municipal en sus manos, el apoyo del presidente de la República, el uso de su
fortuna económica en compra de consciencia, la alta abstención que se produzca en las elecciones
y la adhesión de algunos líderes claves del PRM que decidan apoyarlo.
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