Tras disfrutar de la cultura y la belleza del México bravío y sentimental, junto a su hija Johanna Rosario, el presidente de Salud Dominicana, el periodista y escritor Johan Rosario voló a Nueva York, donde recibió otro reconocimiento de la comunidad dominicana en esa urbe de los Estados Unidos, donde también fueron homenajeados otros 14 dominicanos mas, por sus aportes a los deportes, según relata a continuación el propio actor de las maravillas vividas en tan sólo ''24 horas''.
“TODO EN 24 HORAS...”
Por Johan Rosario
Son las 11am, tiempo actual en toda la Costa Este de Estados Unidos y gran parte de nuestra bella América. Luego de tener entre el jueves y hoy la oportunidad de pisar algunas de las tierras "donde Dios hizo el Edén", de bañarme nuevamente en la cultura de ese "México lindo y querido" que todos deberían un día conocer, de probar delicias típicas de los aztecas que constituyen una verdadera explosión de sabores y matices, como el Gusano y la larva de hormiga, platos que parecen existir para glorificar el paladar, de aprender que apapachar, palabra aborigen, significa: «palmada cariñosa o abrazo con el alma», y que la pirámide del Sol amurallaba en sus paredes el reino y gobierno mundial cierta vez, la madrugada del domingo, mi hija campeona voló a dominicana , llena de éxito y yo de Ciudad de Mexico a Miami, y de allí - exhausto, pero aún vibrante, desempaqué en un hotel de paso, dormí como médico en su emergencia, con todo y bata puesta y desde la Ciudad del Sol, en su infinita bondad, Dios me permitió aterrizar en Nueva York a prima mañana de ayer, donde gente tan querida y tan mía me esperaba reconocimiento en manos, en el marco de la inauguración del tradicional torneo de Softball tamborileño en Manhattan. Allí estaba mi hermano Sergio Jiménez, tan humilde, humano y cálido como cuando nos escapábamos del liceo a comer sopa en la "Barra Pueblo de Mercedes". También estaban allí mi querida Charo, Tony Domínguez, Minucha y otra gente principal y adorado. Y como si 24 horas fueran un siglo, un amigo a prueba de balas, de los Generales de mi Ejército, me conminó a venir a Boston...todo ayer mismo. Hay gente con ese rango en nuestras vidas, te dicen "tienes que llegar por aquí", y tú, sin vacilar, simplemente te limitas a preguntar : ¿a qué hora debo presentarme? Como es conmigo, así debo yo ser con él. José López corre cómodo como el mejor "amigo y compadre de todos los tiempos". El decreto de subir a Boston era para ver a Christian Castro y Natalia Jiménez, cuyos recitales tuvieron lugar en el Lynn Auditorium, de MA. Dos grandes estrellas que merecieron el viaje, aunque nunca tanto como el compadre. Y ya hoy lunes del trabajador, ya estamos en pié, listos para iniciar la trepidante aventura de ir a Maine, el Estado con la mejor langosta del mundo mundial. Cada mañana es una bendición renovada que Dios nos regala con sobrada generosidad. Es importante aprovechar el aire en los pulmones y el privilegio e impulso de un nuevo día para estar en ruta antes de que la tarde dura despliegue sus alas y el Sol nos acaricie de frente con sus incandescentes fulgores. #VAMOSPORMAS!
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