CODIGO 32
Aunque no se ha identificado un gen o grupo de genes
concreto que expliquen la inclinación al pesimismo o al optimismo, se
estima que esa propensión depende en gran medida (entre el 25% y el 33%)
de nuestro ADN.
Lo que sí han descubierto los científicos es que el
cerebro de pesimistas y optimistas funciona de manera distinta.
Investigadores de la Universidad de Nueva York monitorizaron en 2007 a
optimistas y pesimistas y descubrieron que imaginar acontecimientos
futuros positivos activaba dos regiones del cerebro: la amígdala y la
corteza cingular anterior.