Causa conmoción la muerte del comunicador y contador Eugenio Taveras
SANTIAGO, R.D. -La muerte de Eugenio Taveras Polanco ha recorrido la Línea Noroeste y el Cibao entero, dejando en el aire un silencio pesado y nostálgico.
Contador público de sólida trayectoria, educador de vocación incansable y comunicador de verbo encendido, Eugenio fue un hombre que supo dejar huellas tanto en los números exactos como en las ideas que cruzaban el éter.
Polémico en sus comentarios de radio y televisión, no por afán de herir, sino por el impulso de decir su verdad, era al mismo tiempo un profesional afable, dinámico, empático y entrañable amigo.
Tenía la rara habilidad de debatir con firmeza y, acto seguido, tender la mano con una sonrisa franca.
Su partida, ocurrida en Santiago de los Caballeros, ciudad donde residía y ejercía con pasión sus labores profesionales, se siente como una silla vacía en la mesa de la vida pública y cultural de la región.
Allí, entre auditorías y micrófonos, Eugenio construyó un legado del que ahora se despide con el susurro melancólico de quienes lo conocieron y apreciaron.
La voz de Eugenio se apaga en la frecuencia terrenal, pero seguirá resonando en la memoria de quienes encontraron en él a un contador de cifras, un contador de historias, un formador de conciencias y un amigo leal.
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