Desde Tamboril al Hudson: Dagoberto López Coño, el poeta que convirtió un río en poema.
Por Rey Arturo Taveras
NEW YORK. -Desde la pajiza aldea de Tamboril hasta la orilla majestuosa del Hudson, Dagoberto López-Coño ha creado con sus manos de alfarero del verso las sílabas del exilio cultural, moldeando en la arcilla del lenguaje una cartografía poética que une dos orillas: la del recuerdo y la de la esperanza.
Según Diógenes Abreu, entre Walt Whitman y Manuel del Cabral, el poeta Dagoberto se despoja de toda coraza para desnudar su alma en el verso, y rendir tributo al río que lo ha visto transitar desde la nostalgia campesina hasta la vorágine multicultural de Nueva York.
En su nueva obra, un homenaje al Río Hudson, Dagoberto no escribe simplemente poesía: la cincela, la sopla, la funde en una alquimia verbal donde el sujeto, desgarrado por la distancia, renace como símbolo universal.
Dice el biógrafo , Diógenes, que la poética de López Coño está cargada de “elegías, laudes y resonancias del pretiempo cabraliano, se convierte en espejo de un sujeto que sobrevive al ruido del mundo y lo trasciende”.
Allí, en la Babel de Hierro, capital del mundo, donde el Hudson murmura, el poeta escucha las voces de Tamboril y las convierte en música verbal.
“El poema es el poeta”, parece susurrar cada página, como si en ese proceso de creación Dagoberto se fundiera con su palabra, hasta volverse una sola materia, una sola respiración.
Su lenguaje, trabajado con la paciencia de un orfebre, transita entre la tradición dominicana y la modernidad neoyorquina, recordándonos que la poesía también puede ser puente, brújula y hogar.
Por su vasta obra, que ya suma 18 libros publicados, Dagoberto López será reconocido, otra vez, en Nueva York por su trayectoria literaria, y también en su tierra natal, Tamboril, en el marco del 4.º Festival de Poesía Tomás Hernández Franco, dedicado a los escritores de esa fecunda demarcación.
SU VIDA Y TRAYECTORIA
Nacido en Tamboril en 1955, Dagoberto López-Coño es poeta, orador, intelectual y activista social.
Emigró a los Estados Unidos en 1973, donde ha dejado huellas indelebles dentro de la comunidad dominicana en el exterior.
Su palabra, tanto en los versos como en las calles, ha sido un faro moral que denuncia la desigualdad y abraza las causas justas.
Participante activo en movimientos como la Marcha Verde, en grupos sociales como “El Frente Amplio de Lucha Popular (FALPO)” y “Movimiento Popular Dominicano (MPD)” su voz resuena con la fuerza de quien sabe que la poesía no solo se escribe: se vive.
Así, desde Tamboril hasta el Hudson, Dagoberto López nos recuerda que el idioma puede ser patria, que el río también sueña, y que el poeta, cuando escribe con verdad, se convierte en inmortal.


Felicidades hermano por su excelente trayectoria
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