Hamffor Lizardo, un héroe de los años que dignifica a Tamboril
Por Rey Arturo Taveras
En un espacio sagrado de la fértil tierra de Tamboril, villa de Los Samanes, donde los cafetales, plantaciones de tabaco y fábricas de cigarros susurran historias al viento, nació un 8 de abril, en un año de revolución, 1965, Hamffor Lizardo Martínez, el más joven retoño del legendario comerciante Salvador Lizardo.
Como estrella que cierra el firmamento familiar, Hamffor llegó a la vida para completar el trío de hermanos que forman Pedro, Finetta y él, el nidal de la casa, el hijo del atardecer.
Recibió como herencia de su padre el fuego sagrado del comercio y con manos firmes y mirada clara, tomó las riendas de los negocios paternos al caer la hoja final del calendario de su progenitor.
Entre esos negocios se destaca el histórico bar "La Carretilla" de la esquina del parque Trina de Moya con avenida La Altagracia, hoy convertido en santuario de memorias, anécdotas y copas alzadas al cielo.
Hamffor define la carretilla como “un lugar mágico y único, un crisol donde convergían todos los estratos sociales del municipio, un emblema irrepetible y patrimonio cultural de Tamboril”,
En Queens, Nueva York, donde el bullicio de la ciudad se mezcla con los acentos de diversas lenguas y culturas, comparte sus días con su esposa María Lizardo y sus hijos en una vida con hilos de ternura, compromiso y entrega al hogar.
Hoy, cuando el calendario le rinde homenaje a sus sesenta vueltas al sol, Hamffor se exhibe como un roble en flor perpetua en el tiempo,
Su cuerpo vibra con la vitalidad de la juventud eterna y su espíritu camina con la ligereza de quien sabe que ha vivido con propósito. En él, los años no se notan: se celebran.
En Tamboril, su tierra amada, su nombre se pronuncia con afecto, en familia, en círculos de amigos y entre, quienes, sin llevar su sangre, lo tratan como hermano, porque Hamffor no habla para herir sino que acaricia con sus palabras.
Es un ser que no saluda con palabras, abraza con el alma, con gestos sinceros y henchidos de amor , por lo que su don de empatía y su afecto natural lo han convertido en un faro de cariño entre quienes lo conocen.
Hamffor Lizardo Martínez más que un profesional consagrado, amigo sincero, esposo fiel, hijo agradecido y padre ejemplar es memoria viva, presente fértil y legado en movimiento de un pueblo donde se cultiva la grandeza humana: Tamboril, capital mundial del Cigarro.
FELICIDADES en su cumpleaños a Hamffor, un hombre que ha hecho del trabajo su poesía y de la familia su más noble bandera.
FELICITACIONES COMANDANTE CANDELIER. UN ABRAZOTE. TARDE PERO DESDE EL FONDO DE MI ALMA.
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