CODIGO 32// JUSTICIA VS DELINCUENCIA.La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a cuatro años de prisión al cabecilla y fundador de la banda juvenil violenta Latin King, Eric Javier Jara Velastegui, conocido con el apodo de King Wolverine, por un delito de asociación ilícita en el grado de dirigente.
Además, ha vuelto a ordenar la disolución de la banda, como ya hizo en una primera sentencia en 2007. Jara Velastegui es El Padrino, el rey de los reyes latinos en España.
La sentencia, que consta de 94 folios, también condena a tres años y medio al lugarteniente de Jara Velastegui, José Fabricio Icaza Lazo, alias \'El Príncipe, y a dos años a la número tres de la banda, María Torres Olivers, La madrina o Queen Maverick, por un delito de asociación ilícita.
La sentencia condenatoria se ha notificado esta mañana a las partes, según fuentes jurídicas. Jara Velastegui (Guayaquil, Ecuador, 1977) está en la cárcel desde 2003 por varios delitos, el más grave un homicidio, y desde allí seguía dirigiendo la banda, llamada Sagrada Tribu América Spain (STAS, sección de los Latin King en el municipio de Collado-Villaba).
Eric Javier llegó a España en 1999 para reunirse con su madre. La policía cree que huía de rivalidades internas de la propia banda y de la presión policial en su país. Tras unos meses en España, regresó a su país, donde se reunió con King Jean, jefe de los Latin Kings en Ecuador.
Fue cuando pidió permiso al fundador, Jean, (y lo obtuvo) para llevar los Latin Kings en España, pero bajo la estructura de la banda en Ecuador.
Los Latin nacieron como hermandad en el Chicago de los años 40 del siglo XX. Sus miembros son sobre todo ecuatorianos y, a diferencia de otras bandas, admiten a mujeres en sus jerarquizadas filas.
Llevan tatuajes por todo el cuerpo, sus colores son el amarillo o dorado y el negro y su símbolo, una corona de cinco puntas. Aunque es difícil de cuantificar, la Policía y la Guardia Civil cifraban en 2007 su número en 615 integrantes. Desde enero de ese año, son miembros de una asociación ilícita en Madrid. En Cataluña, sin embargo, están legalizados.
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