POEMA A LAS MADRES
Oda a las Madres
Por Rey Arturo Taveras
“Madre: Eje del Universo”
Madre, mujer de arquitectura divina
Incubadora sagrada de la vida,
corazón palpitante del universo,
raíz de donde brota el amor para la eternidad.
En tu seno se oculta el fuego de la existencia ,
la luz del alma, los latidos del corazón.
En el misterio de tu vientre
se conjuga una danza celestial divina
y se anida la fuerza del amor.
Madre, en el abismo de tu dolor
se abren las puertas sagradas de la existencia.
Tus manos, talladas por el viento, con pincel divino, han tejido mundos invisibles de amor
y han levantado templos de ternura sobre las ruinas de olvido y del dolor.
En tus ojos se anidan las galaxias:
mares de nostalgia, océanos de ternura, vientos eternos que soplan en la memoria universal.
Tú eres la música secreta que mueve el alma , la magia de la vida universal,
la fuerza silenciosa que hace girar al mundo.
Eres la voz que susurra en el tiempo.
El tejido de los pensamientos
que vibran en la calma terrenal.
Eres eres la energía de la semilla que germina en tu vientre
y se alimenta en tus pechos,
el clamor del hijo que nace en tu regazo,
el suspiro del eterno que nunca muere.
Eres roca firme, río manso y cristalino, llama ardiente y savia de amor.
Eres madre nuestra, madre de la vida, madre de todos, madre
de la noche y del amanecer.
Sin ti, los días serían como pájaros sin cielo,
las noches como lunas deshabitadas,
la existencia un eco perdido en el abismo.
¡Oh, madre!, Centro del universo, aliento de la vida,
eterna aurora que nunca muere,
santuario donde reposa la esperanza perdida.
Por ti existo, por ti vivo y por ti muero.
En cada latido de mi corazón
se repite tu nombre como un himno infinito ,
como una plegaria de amor que no tiene fin.
Madre, eres raíz del universo,
latido primero, sol que no muere.
De tu vientre brotó la vida,
de tus manos, el abrigo,
de tus ojos, la eternidad.
Madre, sin ti, el mundo sería un suspiro perdido,
un corazón sin latidos,
Un cielo sin nubes,
Un cuerpo sin alma.
Tú eres el origen, la vida, el destino,
el cielo y la eternidad.
En ti el verbo se hizo carne.
Madre querida, eres un universo de amor,
eres el sol que ilumina cada día,
la estrella que nunca se apaga,
el refugio en medio de la tormenta .
Tú eres el principio, fuerza, alegría.
Sin ti, madre mía, el universo no tendría luz, ni nombre, ni principio, ni fin, el todo sería nada.
Eres la vida, el cielo, la tierra y los mares.
Eres el todo lo que existe,
eres madre del padre, del hijo y del espíritu tu Santo.
Santa María, Madre de Dios.
Amen!
Comentarios
Publicar un comentario
Los comentarios de los lectores no deben ser ofensivos a personas e instituciones, de lo contrario nos revervamos el derecho de eliminar su publicación o no