Lanzador estrella de Los Astros, Ronel Blanco, es recibido con júbilo en su tierra

CODIGO- 32-SIPRED

Por Rey Arturo Taveras 
CANCA LA PIEDRA.- Ronel Blanco, el lanzador dominicano de los Astros de Houston, fue recibido como héroe por las autoridades de su tierra natal en el Aeropuerto Internacional del Cibao, en Santiago.

 Al igual que un guerrero que regresa triunfante a su pueblo, Blanco fue recibido con honores por una comisión de la Junta Distrital de Canca La Piedra, liderada por la vicealcaldesa Yani de la Cruz.

El regreso del astro de Grandes Ligas es la culminación de un viaje lleno de sacrificios y determinación, donde el deportista pasó de limpiar vehículos para subsistir a brillar en los estadios de las Grandes Ligas. 

Como un águila que, tras largos vuelos, encuentra su nido, Blanco volvió a su hogar rodeado de admiración y orgullo.

SU HISTORIA 


El trayecto de Ronel Blanco, el lanzador dominicano de los Houston Astros, es un testimonio de persistencia y lucha contra las adversidades. Como si se tratara de un campo árido donde la esperanza parecía marchitarse, Blanco floreció a pesar de todo, arando su camino con las manos firmes de la disciplina y el sudor del sacrificio.

Al igual que las corrientes de un río que esquivan rocas y cascadas, el camino de Blanco hacia las Grandes Ligas estuvo lleno de obstáculos, pero su voluntad lo mantuvo firme. 

La historia de este lanzador de Canca La Piedra, provincia de Santiago, no es solo una ola de éxitos en el béisbol, sino una epopeya personal.  Blanco, antes de que los reflectores de los estadios iluminaran su nombre, debía sobrevivir limpiando vehículos para ganarse el pan diario, compartiendo su tiempo entre un lavadero y su gran sueño: ser pelotero y logra la firma de Grandes Ligas.

Esas jornadas largas y agotadoras, donde el brillo del sol competía con las gotas de sudor que caían de su frente, formaron el temple de un hombre joven que se negaba a ceder. Con una voluntad forjada en los duros pasajes de la vida, Blanco  tenía que enfrentar la incertidumbre de un futuro en el béisbol, sumado a la realidad inmediata de la necesidad económica de su familia.

"Tuve un momento en que ya pensaba retirarme", confesaba Blanco. Como las ramas de un árbol que casi se quiebran bajo el peso del viento, su determinación estuvo a punto de ceder, pero alguien, una voz persistente en su vida, le recordó su potencial, soplando aliento en las brasas de su sueño.

El camino hacia la MLB fue largo, una travesía de casi seis años desde que firmó por cinco mil dólares, una cifra modesta en un mercado que a menudo se mide por sumas desorbitantes. Mientras otros jóvenes de su edad abandonaban sus aspiraciones, Blanco se aferraba al montículo como un guerrero empuñando su última arma.

Finalmente, como si el destino le brindara una segunda oportunidad, el lanzador que debutó en 2022, pero fue relegado a las ligas menores, encontró su redención en 2023. El trabajo incansable lo llevó a ser recompensado con el puesto de abridor, y en su primera aparición del año lanzó un partido sin hits ni carreras, confirmando que la espera y el sacrificio habían valido la pena.

La historia de Ronel Blanco es una metáfora del béisbol y de la vida misma: un juego de resistencias, de golpes inesperados y de momentos de grandeza donde el esfuerzo perseverante es recompensado.

 El dominicano, que alguna vez soñó con ser un jugador de posición, y cuya carrera estuvo a punto de quedar en el olvido, encontró su destino en la loma, donde con cada lanzamiento sigue escribiendo su historia. 

Una historia que nació entre las calles de Canca La Piedra, Tamboril, Santiago y los humildes trabajos en un lavadero, pero que hoy resuena en los estadios de las Grandes Ligas.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Muere en confuso incidente el técnico de bocinas Eddy Ureña, en Amaceyes

Rinden homenaje al piloto Félix Domingo Reinoso

El Vuelo de Jesús María, en pencas de Coco