La familia Trujillo impidió a las Águilas triunfar durante la dictadura
El béisbol dominicano, como reflejo de la sociedad, no ha escapado de la influencia política y económica a lo largo de su historia, especialmente durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961).
Según el periodista Huchi Lora, la intervención de los Trujillo en el deporte quedó evidenciada en la restricción de los triunfos de las Águilas Cibaeñas, permitiendo que solo los Tigres del Licey y los Leones del Escogido, equipos asociados a la familia dictatorial, se coronaran campeones.
Durante ese período, las Águilas, fundadas en 1933 y con una rica tradición en Santiago de los Caballeros, solo lograron una victoria destacada en 1952.
Sin embargo, con el fin de la dictadura, el equipo mostró un resurgir extraordinario, consolidándose como uno de los más exitosos del béisbol profesional dominicano.
En 1937, Trujillo fusionó los equipos Licey y Escogido para formar a los Dragones de Ciudad Trujillo, con el objetivo de crear un equipo invencible y ganar un campeonato único.
El equipo estaba formado por beisbolistas de Estados Unidos, Cuba, Puerto Rico y República Dominicana. El torneo era parte de la estrategia política de Trujillo para conseguir simpatía y reelegirse.
A pesar de su relación con el béisbol, Trujillo no era un entusiasta de este deporte y nunca se puso una gorra de béisbol. La única vez que la usó fue cuando los Dodgers de Brooklyn visitaron el país en 1948, y se la puso la actriz Lorayne Day
Hoy día, las Águilas Cibaeñas son el orgullo del Cibao y uno de los equipos con mayor fanaticada y récords históricos en la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (LIDOM).
Logros destacados de las Águilas Cibaeñas:
- 20 campeonatos nacionales en la LIDOM.
- 6 títulos de la Serie del Caribe (1997, 1998, 2001, 2003, 2007 y 2021), siendo el equipo dominicano con más coronas en este torneo internacional.
- Campeones de la Serie de las Américas en 2015.
El equipo juega en el Estadio Cibao, conocido popularmente como "El Valle de la Muerte", una plaza emblemática y temida por sus rivales.
Entre sus apodos más populares están "Las Cuyayas", "Los Mameyes" y "El Conjunto Amarillo", que reflejan el arraigo cultural y la identidad que los acompaña en cada temporada.
El legado de las Águilas Cibaeñas demuestra cómo el deporte puede trascender periodos oscuros y convertirse en un símbolo de resistencia y orgullo regional.
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