Cherokee nace en R.D, se cultiva en EE.UU y expande su arte por el mundo
NEW YORK, EE.UU.- Oriundo de la tierra del merengue, donde las caderas se mecen al compás incesante de la güira, tambora y acordeón, Cherokee Lora emerge como un alma vibrante moldeada por los ritmos de su natal Santo Domingo, epicentro de la pasión musical dominicana.
Nacido bajo el manto del mambo y las melodías que embriagan el Caribe, desde su infancia ya mostraba destellos de una vocación destinada a dejar huella en la música típica de su República, una pasión que, según palabras de su madre, floreció en cada acorde y melodía que salía de su ser.
Como quien persigue un sueño aferrado al viento, Cherokee, en su niñez y adolescencia, alimentó la ambición de algún día liderar su propio proyecto musical.
Su travesía comenzó cuando el locutor Ross Peña, como un ángel guardián, lo introdujo en la orquesta merenguera Swing Divino.
Aunque su paso por esta agrupación fue breve, no careció de impacto, ya que la banda fue nominada como Revelación del Año 2000 en los premios Casandra, mientras él dejaba en cada presentación su huella de promesa incipiente.
Entre 2000 y 2002, Cherokee pulió su arte bajo la tutela del maestro Freddy Gerardo, explorando su capacidad como voz principal del coro y creciendo en disciplina y técnica.
Paralelamente, iluminó los escenarios como miembro de Pradera Band, orquesta de planta del Club Los Prados, dirigida por el talentoso Alex Camilo.
Allí, Cherokee no solo interpretó con maestría canciones de diversos géneros, sino que perfeccionó el manejo de tonos y armonías, ganándose la ovación del público, que abarrotaba cada presentación para verlo brillar.
En 2004, el destino lo llevó a la ciudad de Nueva York, donde su talento encontró nuevos horizontes.
Como integrante de la orquesta Azucarado, Cherokee acompañó sus giras por diversas ciudades de Estados Unidos, dejando un rastro de ritmos y emociones.
Fue en esta etapa cuando el productor y arreglista Jhonaty García se cruzó en su camino, marcando un antes y un después en su carrera.
De esta alianza nació Cherokee Lora N’Típico, un proyecto que combina la raíz y el alma de los ritmos tradicionales con un estilo contemporáneo y propio.
En esta propuesta convergen temas inéditos y adaptaciones de grandes éxitos, dando vida a una fusión que enaltece el legado musical dominicano y proyecta su esencia hacia el futuro.
Hoy, Cherokee Lora se erige como un artista que interpreta canciones de diferentes géneros, al tiempo que se reinventa, llevando en su voz y en su arte el latido inconfundible de su tierra Quisqueyana.
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