Parejas que son tríos, relaciones paralelas y consentidas
por la otra parte, camas para cuatro personas... Los protagonistas de estas
exóticas historias de amor aseguran que en ellas reina el más genuino de los
enamoramientos. Sin embargo, los psicólogos no tienen tan claros los motivos de
estos arriesgados experimentos sentimentales.
Por Lola Fernández.
No aparecen en ningún registro oficial ni salen en las
encuestas. Tampoco forman asociaciones para defender sus derechos ni se
manifiestan. Ni siquiera se ha inventado la palabra que les denomine sin
connotaciones negativas.
Para la gran mayoría –para las encuestas, los estudios
sociológicos, los medios de comunicación, simplemente no existen, pero de
puertas adentro, al abrigo de miradas indiscretas y en el más absoluto de los
secretos, modelos relacionales alternativos prueban su validez.
Son parejas formadas por más de dos personas que conviven a
la manera tradicional y, aseguran, unidas por los lazos del amor. U otras que,
sin guarecerse bajo el mismo techo con sus amantes, confiesan mantener
relaciones paralelas que no son secretas para sus cónyuges. Sea cual sea el
caso, tienen en común la misma circunstancia: aseguran que están enamorados de
más de una persona. Y algunos llevan dicha circunstancia hasta las últimas
consecuencias: la convivencia.
No hay que rascar mucho la superficie para darse cuenta de
que la realidad supera siempre a la ley, el diccionario y hasta la propia
fantasía. “Hoy, diría que en torno al 20% de las personas en algún momento de
su vida tiene una experiencia de este tipo”, se atreve a valorar Esteban
Cañamares, psicólogo, sexólogo y autor de Por qué le es infiel (Ed. Amat).
Carlos Malo de Molina, director de Sigma Dos, no comparte
esta opinión tras haber radiografiado, en 2004 y para magazine, el
comportamiento sexual de los españoles. “Los datos que tengo dicen que hasta un
30% de personas emparejadas ha tenido alguna relación estando emparejados, es
decir, han sido infieles de alguna manera. Yo creo que no llega al 2% la
cantidad de personas que han mantenido relaciones de estas características, con
conocimiento de la pareja estable. Si quieres una sexualidad libre puedes
tenerla libre.
¿Para qué utilizar un marco tan complejo como el de la
pareja, creado para preservar a los hijos, mantener un status, por relaciones
sociales, por temas económicos, por práctica de sexo...? Si quieres tener dos
relaciones sexuales, puedes ser promiscuo, pero no tienes por qué establecer
unos vínculos tan complejos como los que conlleva la pareja”.
Pareja de tres
Es difícil que cualquiera de estos poseedores de tan ancho
corazón acepten hablar abiertamente de su experiencia y admitan públicamente lo
exótico de su vida sentimental. La opacidad de la que se rodean es obligada: la
sociedad actual (ni siquiera la holandesa, donde ya es legal el matrimonio
homosexual, o las nórdicas, tradicionalmente más abiertas) aún no está
preparada para asumir lo que parece un escalón por encima de la clásica
infidelidad cifrada en él/ella y el otro/a. El miedo a la censura social, sobre
todo de la familia y del entorno laboral, hace que en todo momento se pretenda
una vida de lo más ordinaria, evitando la participación de las parejas en
reuniones navideñas, celebraciones de trabajo y similares.
Temen el morbo (el tema sexual tiene su miga), que les
consideren bichos raros, anormales. “Nosotros llevamos una vida totalmente
corriente, pero si la gente supiera que vivo con dos mujeres, seguro que, como
poco, pensaría que soy un aprovechado, un listo. Yo no puedo prescindir de
ninguna de las dos. Las amo por igual aunque, quizá, por distintas razones”,
dice Carlos, 42 años, de profesión liberal y posición solvente, cuya peripecia
sentimental se puede calificar, al menos, de original.
Tras nueve años de matrimonio, le planteó abiertamente a su
esposa su deseo de relacionarse con otras mujeres. No esperaba conocer a Alicia
ni enamorarse de ella hasta el punto de propiciar un encuentro entre las dos
mujeres de su vida. “Nunca pensé en esconderme, no es mi estilo. No quería
renunciar a mi mujer ni mentirle constantemente. Además, yo tenía la sensación
de que se iban a gustar.
Tras seis meses de relaciones, acordamos que lo más sencillo
era que se viniera a vivir a casa. Habilitamos una habitación junto a mi
estudio de forma que tuviera cierta independencia y, por ahora, todo va bien”.
Para Marta, la segunda en discordia, la cosa no fue tan fácil. “Al principio no
podía entender su actitud, pero yo tenía claro que no quería perderle. Primero
me hice a la idea de que era sólo algo sexual. Cuando Alicia llegó a casa, me
resigné a compartirle. Preferí verle feliz a no verle en absoluto. Ahora, ella
está saliendo con otro chico que también viene de vez en cuando. No sé, creo
que de alguna manera hemos diluido totalmente el sentimiento de posesión que
muchas veces conlleva el amor”. “No hay celos ni rollos posesivos porque los
tres lo tenemos todo muy claro –afirma tajante Alicia–. En el sexo, también: no
somos un trío”.
Un trío bien avenido
Sí lo son José, Marcos y Alfonso, los tres rondando la
treintena y aún buscando un destino laboral estable en Madrid. Marcos hace de
portavoz de sus compañeros. “Alfonso y yo nos conocimos en un bar de ambiente.
Enseguida nos fuimos a vivir juntos a un piso y, como nos sobraba una
habitación, pusimos un anuncio. Ahí llegó Jose y enseguida nos dimos cuenta de
que había una fuerte atracción sexual que, casi dos años después de consumarse,
se ha convertido en una relación a tres en toda regla. Somos como una pareja
normal, con un miembro más: nos queremos, nos apoyamos y cada uno de nosotros
es necesario para la felicidad de los otros dos. Puede ser difícil de entender
y no te digo que la convivencia sea fácil, porque tienen que ajustarse los
egos, las expectativas, los sentimientos de posesión, pero al final compensa.
Y, sí, dormimos en la misma cama”.
También tres, Carla, Ramón y José han vivido una tormentosa
relación debido a la incapacidad de ella para decidir con quién quiere
compartir su vida. “He probado todo: salir sólo con Ramón, sólo con José o con
ninguno de los dos, pero sólo me siento completamente feliz cuando estoy con
ambos. Ellos lo saben y no han tenido más remedio que aceptar la situación,
aunque nos ha costado muchos disgustos. Los hombres tienen un gran sentido de
la territorialidad y no es fácil que compartan una pareja, pero yo, por ahora,
quiero o todo o nada”.
Tres chicas para Raúl
Más rara, casi diríamos única, es la historia de Raúl, un bon
vivant con mucha suerte y una posición económica desahogada, que comparte vida
con nada menos que tres mujeres. Asiduo a las llamadas fiestas liberales,
amante de la noche y practicante del intercambio de parejas, su casa se ha
convertido en una especie de harén al que se han ido incorporando dos mujeres
que se suman a su primera pareja, con la particularidad de que todos mantienen
relaciones sexuales y, según asegura Raúl, también sentimientos. “No se trata
sólo de sexo. Nosotros compartimos todo. Hasta la casa está a nombre de los
cuatro. La última en llegar, María, aún es estudiante y nosotros le pagamos los
estudios. Y no se trata de un harén. Yo estaría encantado de que surgiera una
historia con algún chico, pero la realidad es que las mujeres son más sensibles
ante este tipo de relaciones, son más abiertas y tienen menos miedos”.
¿Por qué lo llaman amor...?
¿Pero, son estos casos historias de verdadero amor o
soluciones de emergencia para parejas en crisis? “No se puede estar enamorado
de dos personas a la vez –explica Cañamares–. Si alguna persona así lo afirma,
se está engañando a sí misma o nunca se ha enamorado realmente. Lo que está en
juego es otro tipo de sentimientos como el afecto, la costumbre, la compañía...
Si uno de los miembros de la pareja introduce una tercera persona puede estar
enamorado de ella, pero no lo estará ya de la primera, a la que le unirán otro
tipo de lazos. También puede ser síntoma de una crisis que podría terminar
cuando alguna de las personas se enamore realmente fuera de esa asociación”.
Más aún: los especialistas afirman que detrás de este tipo de relaciones suele
haber inestabilidad emocional y, a veces, hasta patologías. “Por lo general,
diría que son personas que están a dos pasos de la depresión y así se mantienen
a flote. Ese tipo de asociaciones suele durar cierto tiempo, incluso años,
hasta que finalmente sus protagonistas caen en la depresión o en la adicción a
las compras, el juego o el alcohol. Contribuyen a mantener un equilibrio
inestable que, al final, acaba rompiéndose”.
¿Qué es, entonces, el enamoramiento? El psicólogo lo define
como: “Tener la fantasía de que el otro me va a llenar plenamente, la sensación
de que ha vivido los mismos traumas que yo pero tiene otros mecanismos para
salir del paso de esos problemas; pensar que el otro tiene en la cabeza los
mismos esquemas fundamentales de funcionamiento de pareja, creer que tiene esas
cualidades que siempre deseé y que por fin incorporo mediante la relación;
sentir que él/ella lo es todo, algo así como la droga para el adicto, como la
madre para el feto.
Esa fantasía de que el otro me completa, por definición, sólo se da con una persona. El sentimiento puede resistir el paso del tiempo o atenuarse hasta el aprecio. Ahí es donde puede caber otro u otra”. En suma: que algunos llaman amor a lo que en realidad es afecto, compañía o sexo. “Sí, por eso es un tema que se esconde, que es tabú –concluye Cañamares–. Ese tipo de relaciones se guardan en la intimidad porque necesitamos sentir que son más normales de lo que son, porque necesitamos seguir engañándonos”.
Esa fantasía de que el otro me completa, por definición, sólo se da con una persona. El sentimiento puede resistir el paso del tiempo o atenuarse hasta el aprecio. Ahí es donde puede caber otro u otra”. En suma: que algunos llaman amor a lo que en realidad es afecto, compañía o sexo. “Sí, por eso es un tema que se esconde, que es tabú –concluye Cañamares–. Ese tipo de relaciones se guardan en la intimidad porque necesitamos sentir que son más normales de lo que son, porque necesitamos seguir engañándonos”.
MI CASO ES PARTICULAR SOY CASADA HACE 15 AÑOS, TENGO 34 AÑOS, MI ESPOSO TIENE 48, TENEMOS UNA BUENA POSICION ECONOMICA; HACE DOS AÑOS EL CONOCIO UNA CHICA DE 23 Y SE HIZO SU AMANTE, AL POCO TIEMPO ME DI CUENTA Y HUBO DEMASIADOS PROBLEMAS,FUEN UN AÑO DE RECLAMOS, AMENAZAS DE DIVORCIO Y TODO LO QUE ESTO CONLLEVA, MUCHAS VECES HABLAMOS LE PEDI QUE LA DEJARA PERO EL NO LO HACIA. YO QUICE DEJARLO PERO PRACTICAMENTE ME SUPLICO QUE ME QUEDARA QUE LO HIBAMOS A SOLUCIONAR. ALGUNA VEZ EL INSISTIO EN QUE HABLARAMOS LOS TRES, DE ALGUNA MANERA PROPICIO EL ENCUENTRO, HUBO MUCHO LICOR Y TERMINAMOS EN LA CAMA DE UN MOTEL. AUNQUE ME DI GOLPES DE PECHO POR LO QUE PASO, EN EL FONDO NO ME ARREPENTI POR QUE LO DISFRUTE MUCHO, ERA MI FANTASIA HACERLO CON OTRA MUJER.NO FUE FACIL ASIMILAR LO QUE HABIA PASADO Y TODO EL TRAUMA QUE ESTO GENERO, ADEMAS TENIENDO EN CUENTA QUE ELLA ERA LA AMANTE DE EL. ESTA CHICA SE ESFORZO POR HACERME SENTIR BIEN DESDE UN COMIENZO. DESPUES DE ESTE HUBO OTRO ENCUENTRO Y OTROS MAS HACE UN AÑO ELLA ES NUESTRA AMANTE, NOS VEMOS OCASIONALMENTE LOS TRES Y ALGUNAS VECES ELLA Y YO O SOLO ELLOS. ESTA CHICA ME DESCONCERTO DICE HABERSE ENAMORADO PERDIDAMENTE DE MI. YO NO PUEDO DE DECIR QUE LA AMO, PERO ESTAR CON ELLA ME ENCANTA, Y LO DISFRUTO DEMASIADO ES CUESTION DE GUSTO PORQUE REALMENTE AMO A MI ESPOSO. ESTO ES UNA LOCURA. EL DICE AMARNOS A LAS DOS. ALGO RARO ES QUE NUESTRA RELACION DE PAREJA ES INTENSA SOMOS MAS CONFIDNETES, HAY MAS ARMONIA Y AUNQUE NO SE CREYERA ESTAMOS FELICES, APRENDIMOS A MANEJAR LA SITUACION, PASAN DIAS SIN QUE NI SIQUIERA LA MENCIONEMOS, CADA QUIEN HABLA CON ELLA POR TELEFONO POR QUE LA SOCIEDAD NOS IMPIDE VERNOS EN PUBLICO, PERO NINGUNO DE LOS DOS PREGUNTA AL OTRO QUE SE HABLA.POR CUESTION DE NUESTRO ESTATUS SOCIAL Y POR RESPETO A LA FAMILIA DEBEMOS MANTENER ESTA RELACION EN SECRETO ANTE LA SOCIEDAD.LA CHICA DICE SENTIRSE BIEN AUNQUE HAN HABIDO EPISODIOS DE CELOS SORPRENDENTEMENTE POR QUE DICE QUE HAY MOMENTOS EN QUE NO TOLERA VER QUE DISFRUTO CUANDO EL ME HACE EL AMOR, ME ASUSTA QUE SE HA VUELTO POSESIVA Y CADA VEZ ME EXIJE MAS TIEMPO A SOLAS CON ELLA.. TAL VEZ EN EL ALGUN MOMENTO DIGA ESTO NO ES LO QUE QUIERO EN MI VIDA Y DEJE TODO HASTA TERMINE ROMPIENDO CON MI ESPOSO PERO POR EL MOMENTO A PESAR DE MUCHOS INCONVENIENTES A FUNCIONADO Y ESTAMOS BIEN, PUEDE SER PORQUE NO TODO ES SEXO, HEMOS TENIDO ENCUENTROS PARA HABLAR DE OTRAS COSAS Y CADA QUIEN HA RESPETADO EL ESPACIO. SOY UNA PROFESIONAL EXITOSA NO TENGO PROBLEMAS MENTALES Y LLEVO UNA VIDA NORMAL. TAL VEZ LOS LECTORES ME JUZGUEN POR MI RELATO,SOBRE TODO LAS MUJERES PERO ESA ES LA REALIDAD DE VIDA Y QUIERO VIVIRLA ASI MIENTRAS PUEDA
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