Empresario Radhamés Rodríguez premia a mejores jugadores en torneo deportivo

Por Rey Arturo Taveras

'Por su innata generosidad,  Radhamés Rodríguez es considerado un empresario que como un faro de esperanza ilumina el camino de muchas familias, Ligas deportivas, grupos culturales,  instituciones no gubernamentales, en favor del desarrollo del municipio''.

TAMBORIL, R.D. -En un acto en el que brotó la  gratitud en medio del terreno de juego, el empresario Osvaldo Radhamés Rodríguez, presidente de Tabacalera El Artista,  llenó de  alegría a jugadores destacados del municipio con la entrega de premios en  metálicos.

Rodríguez premió con 100 mil pesos a los tres mejores jugadores del torneo organizado por la Unión de Béisbol de Tamboril (UBETAM).

Como un héroe que reparte estrellas alegres, el empresario hizo el anuncio de los premios en el terreno de juego, vistiendo su uniforme deportivo, símbolo de su compromiso y apoyo incondicional al deporte, evento que le apasiona.

El acto fue coronado con un merecido homenaje, en el que los directivos de UBETAM entregaron al altruista empresario una placa de reconocimiento, símbolo de un hombre que con cada gesto escribe un capítulo dorado en la historia del deporte y la comunidad.

Ramón Martínez, “Mon Tabaquito”, exaltó su figura, afirmando que Radhamés Rodríguez es “un creador de empleos y un faro de altruismo”, prendas que adornan su espíritu generoso como un mantel de esperanza extendido sobre Tamboril.

La huella de Radhamés, como un río que nunca se detiene, refleja en cada rincón del municipio múltiples rostros de agradecimiento: miles de familias que han sentido el alivio en sus corazones ante sus gestos solidarios.

Desde el árbol de su empresa, han caído semillas de futuro: becas que florecen ensueños, ayudas que son bálsamos en tiempos difíciles, donaciones que encienden la llama de la esperanza, y aportes que dan fuerza a la cultura, las iglesias, las escuelas y, sobre todo, al deporte.

En Radhamés, la pasión por el trabajo, que construye puentes de oportunidades, se funde con su amor por el servicio, sembrando en la comunidad la semilla de sueños colectivos.

 Tamboril lo reconoce como un coloso que, con cada bate alzado, con cada beca entregada y cada familia apoyada, deja una huella imborrable, un legado tan inmenso como el cielo que cubre sus sueños y esfuerzos.