La Decisión de Abinader: Un Acto de Responsabilidad en Tiempos Turbulentos

CODIGO 32

Por Rey Arturo Taveras

En una danza política donde el descontento puede convertirse en tormenta, el presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, ha decidido desviar el curso de la tempestad con el anuncio del retiro inmediato del Proyecto de Ley de Modernización Fiscal, realizado el 19 de octubre de 2024.

La decisión del mandatario es un acto de responsabilidad, una manifestación de sensatez en tiempos inciertos, porque ha evitado un levantamiento popular que podría haber desencadenado consecuencias impredecibles para país, su gobierno, su partido, el PRM, y su propia honra.

El mandatario ha puesto los oídos en el corazón del pueblo, captando las vibraciones de un clamor colectivo que resonaba en cada rincón de la sociedad del territorio nacional y mantuvo incendiadas las redes sociales.

En lugar de aferrarse a un proyecto que ya había comenzado a desmoronarse bajo el peso del rechazo popular, el primer mandatario eligió escuchar el clamor de la sociedad y esa capacidad de atención demuestra un rasgo de liderazgo,  un faro en la penumbra de la política, iluminando el camino hacia un entendimiento más profundo entre gobernantes y gobernados.

El retiro del proyecto fue como una brisa refrescante en un día caluroso, un alivio que llegó justo a tiempo para calmar los ánimos.

 Al actuar con prontitud, el jefe de  Estado  salvaguardó su imagen y  ganó el favor del pueblo, reforzando la idea de que un líder debe ser, ante todo, un servidor. La democracia florece cuando aquellos en el poder tienen la humildad de escuchar y responder a las inquietudes de su ciudadanía.

La reforma fiscal, tal como se había propuesto, se convirtió en un símbolo de la desconexión entre el gobierno y la gente. Cada rechazo resonaba como un tambor en el pecho de la nación, marcando el ritmo de una desconfianza que amenazaba con estallar. 

Al retirar el proyecto, el mandatario  no solo desactivó una bomba de tiempo; mostró que la voluntad popular no puede ser ignorada sin consecuencias.

Este episodio nos recuerda que en la política la verdadera fuerza no reside en la imposición de ideas, sino en la capacidad de diálogo.

 Luis Abinader ha demostrado que ser un buen gobernante implica, sobre todo, ser un buen oyente. Su decisión, lejos de ser un signo de debilidad, es un poderoso testimonio de madurez política.

En conclusión, el presidente ha construido  un puente mágico entre su administración y el pueblo, cimentado en la confianza y el respeto mutuo. 

La retirada del proyecto de Ley de Modernización Fiscal no solo resguarda su reputación y la del PRM, sino que también refuerza un principio fundamental de la democracia: el poder reside en el pueblo. Así, Abinader se alza no solo como un mandatario, sino como un verdadero representante de los intereses de su nación.

 


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