CODIGO 32
Por Arturo Taveras
Por Arturo Taveras
CANCA LA PIEDRA, SANTIAGO. El bachatero Junior Rodríguez amenizo la noche del sábado santo un encuentro familiar que se ha convertido en una tradición en Los Amaceyes, comunidad de este distrito municipal de la provincia de Santiago de los Caballeros.
Rodríguez, quien pronto lanzará una nueva producción con temas grabados junto a Wilman Pena, hizo galas de sus dotes como cantante de amargue en aquel carismático encuentro realizado entre hermanos, sobrinos, primos, tíos,
nietos, bisnietos, tataranietos, cónyuges, vecinos y amigos, el sábado santo de cada año, en el hogar de
la familia Ureña Vásquez y sus descendencias López, Reinoso y de la Cruz, en los Amaceyes de este distrito
municipal.
Con casi un centenar de años (91) sobre sus hombros y con una
prole de hijos, nietos, bisnietos y sobrinos que casi supera su edad, la señora Bárbara
Vásquez, matrona de la familia Ureña
Vásquez, compartió llena de gozo desde
un espacioso sillón blanco las ocurrencias de su descendencia, procreada con
Juan Eligio Ureña (fallecido).
Gozando y aplaudiendo con energía y entusiasmo los cantos,
chistes, oraciones y otras
improvisaciones, estuvo doña Bárbara, escoltada por sus hijos José Antonio, Altagracia, Rafael,
Domingo Antonio, María Eduviges, María Leonor, José Francisco, Ana Mercedes,
María Librada, Elías, Isabel y César Ureña Vásquez.
La organización del evento inició el viernes santo, en una
espaciosa vivienda de madera y cinc, ubicada en plena cordillera septentrional,
a más de 30 kilómetros de la ciudad de Santiago de los Caballeros, donde los
vientos alisios acarician la maleza y hacen bailar las ramas de los árboles al compás
de las corrientes invisibles de aire que como notas musicales cantan en las
montañas y refrescan el ambiente en tan
calurosa semana santa.
Aunque algunos de los parientes amanecieron en la casa de doña Bárbara, a las 9:00 de la mañana del sábado, los
vehículos de los demás miembros de la familia, amigos e invitados comenzaron a
escalar, como culebras en una montaña de hojarascas, la corta y
empinada carretera de cascajo suelto,
la que hacia retroceder a casi todos los automóviles de bajo cilindraje.
El veterano reportero gráfico, artista de la fotografía, Damocles de León fue de los primeros en
llegar, aunque se le adelantaron los músicos que animarían con cantos, a ritmo
de cuerdas y percusión, las prédicas carismáticas que sirvieron de aperitivo
espiritual y luego su servido almuerzo, después de las 12.00 del día como es
tradición dominicana.
Después del postre que sucedió al almuerzo, un miembro de la familia que se hace llamar
el doble de Fernando Villalona interpretó algunos temas del popular merenguero y otras jóvenes
también cantaron baladas.
Hubo rifas, bailes, juego de domino y en la
noche el bachatero Junior Rodríguez fue
el responsable de cerrar con broche de
oro, con un fiestón por todo lo alto, aquel hermoso y tradicional encuentro
familiar
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