Leonardo Papatierra: La voz eterna de las ondas radiales dominicanas
SANTIAGO. R.D. -En el inmenso espectro invisible del aire, donde viajan las voces y los sueños, arrastrados por las hondas hertzianas, se alzó un hombre que convirtió la técnica en arte y la radio en memoria viva del pueblo: Leonardo Papaterra.
Su vida se convirtió en una sinfonía de frecuencias y silencios como técnico, sabio y apasionado de las emisoras, llegando a ser el artífice oculto detrás de la mayoría de las estaciones radiales de Santiago y de todo el Cibao.
Más que un maestro de cables, transistores, tornillos y consolas fue radiodifusor visionario, dueño y alma de la legendaria Radiolandia, un templo sonoro que marcó la época de oro de la radio dominicana.
Corría el año 1962 cuando Papaterra, con la audacia de quien sabe que el futuro se construye con fe, solicitó el permiso para operar su emisora en Amplitud Modulada (1160 AM), en banda corta.
De inmediato, Radiolandia se convirtió en un manantial inagotable de cultura, buena música y de voz ciudadana.
No era solo una estación de radio, sino un micrófono abierto al clamor del pueblo.
En las convulsiones de la historia dominicana, su emisora fue faro y trinchera de honor.
Durante la Revolución de Abril de 1965, las ondas de Radiolandia se convirtieron en estandarte de los revolucionarios que soñaban con patria y libertad.
Más tarde, fue también tribuna de los grupos sociales que alzaron su voz contra el férreo régimen de los “doce años” de Joaquín Balaguer.
Por esa osadía, Papaterra conoció el precio de la persecución, pero jamás apagó la lámpara de su conciencia.
El tiempo trajo consigo expansión y a la emblemática frecuencia 1160 AM se sumó la señal de Concierto FM, elevando la calidad del sonido y ampliando el alcance de sus mensajes.
Sin embargo, el destino le jugó una carta amarga: ambas emisoras, tras pasar a manos del grupo bancario Baninter, fueron alcanzadas por la quiebra de este banco en el 2003, quedando incautadas y bajo la administración de un secuestro estatal.
Pero la grandeza de Leonardo Papaterra no está en las pérdidas materiales, sino en el legado sembrado en la radiodifusión dominicana.
Por Radiolandia resonó el popular noticiero Radio Mil Informando, junto a programas de noticias, deportes y cultura que se grabaron en la memoria colectiva de generaciones enteras.
Hoy, cuando Papaterra ha alcanzado la venerable edad de 94 años, su figura se alza como un árbol longevo que floreció en la época dorada de la radio.
Él no solo encendió transmisores, sino también conciencias; no solo movió perillas, también movió corazones.
Si la radio es la voz del pueblo, entonces Leonardo Papatierra es el eco inmortal de esa voz: un hombre que supo transformar las ondas hertzianas en eternidad.
Hola y bendiciones. Leonardo Pappaterra, fue ciudadano visionario dotado de una sensibilidad social puesta prueba en los momentos difíciles. Su honestidad y sinceridad sobrepasan el tiempo y la distancia. Honra a este ejemplar ciudadano.
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