Las denuncias del empresario Emmanuel Valiente Paya contra la ex cónsul dominicana en Valencia, España, Romina Katherine León Santos, traspasan los linderos del despecho ante la ruptura de una relación marital y subyace en su enunciado un extraño interés en el que se refleja una cortina de humo que aparenta cubrir un controvertido plan que parecería ser personal.
Tanto era el afán del empresario valenciano en divulgar los errores que a su juicio cometía Romina que llamó a todos los miembros cercanos de la familia, amigos y allegados para que conocieran el supuesto acto de corrupción que ella estaría cometiendo y que solo él con sus ojos de bondad podía mirar, llegando a involucrar en su heroicidad a una niña hija de la ex diplomática, a la que pidió que aconsejara a su madre.
Lo mismo dijo que hizo con la gobernadora de Santiago Rosa Santos, su asistente Juan, con Teresa, hermana de Romina y con toda las personas con las que tenía contacto en Santiago, por lo que antes de salir en los medios de prensa su denuncia ya era “un secreto a voces” en la sede del gobierno dominicano en Santiago y un escándalo en el consulado de Valencia.
En las declaraciones ofrecidas por Emmanuel al programa de YouTube ‘’Corrupción al Desnudo’’ se puede notar su profusa intención de manipular, a cada instante, las decisiones de la cónsul, a la que trata como a una niña y subestima su capacidad mental para tomar decisiones, situaciones que describe con sus propias palabras cuando dice que él intervenía para que su compañera sentimental cometiera una locura.
Al mismo tiempo, tras divulgar al mundo el escándalo que armó, con su discurso de héroe el valenciano busca recibir el respaldo y la bondad de los dominicanos al exhibir una falsa defensa de los intereses colectivos y de protección a la soberanía de la patria de Duarte, al presentarse como el Superman español que, con su hazaña, busca evitar un escándalo que involucre a República Dominicana con el terrorismo internacional.
Sin embargo, pudiendo comunicarse con los organismos de seguridad de Estado y hasta con el propio presidente Luis Abinader, quien parece conocerlo por sus vínculos empresariales con el país, el valenciano prefirió crear un escándalo mediático en el cual se presenta como víctima, inocente de toda culpa de lo que estaría ocurriendo en el consulado de Valencia.
Emmanuel Valiente Paya, se reunió con el presidente, Luis Abinader, junto a la cónsul dominicana, Romina León Santos, en el marco de un encuentro que sostuvo el mandatario, en el Club Sameji, con líderes comunitarios, según escribió el periodista Argeny Quiñones en el periódico el Nuevo Diario el 28 de diciembre del 2022
Valiente hace la denuncia de lo que considera un acto de corrupción contra el Estado Dominicano a la periodista Alicia Ortega, pero inconforme porque la comunicadora no publicó los datos de su interés, busca al conductor de Corrupción al Desnudo para que le sirva de plataforma de proyección de sus intenciones y habla por más de una hora con el productor del programa contando una historia tan melancólica y dramática como la Ilíada y la Odisea de Homero.
Más que un compañero sentimental preocupado por su pareja, Emmanuel Valiente se muestra como el villano vengativo que orquesta un plan macabro, reñido con la ley, pero con un extraño trasfondo en el que aparenta buscar en Romina un chivo expiatorio en el cual descargar su culpa.
El escándalo desatado por el empresario valenciano no debe quedar impune y merece una profunda investigación, porque además de dañar la imagen de una familia que participa en el tren gubernamental de República Dominicana coloca a este país en un sitial de cómplice de personas que estarían involucradas en actos terroristas, según narra el protagonista de tan enjundioso drama.
“Quien no domina la emoción fracasa y quien mucho habla, se equivoca, por lo que es de sabio controlar las emociones y refrena la lengua”.
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