CODIGO 32
Por Andrés Beato, periodista y escritor
Es de suma importancia que los haitianos comprendan que hoy no es lo mismo que ayer y que plátano maduro no vuelve a verde y entiendan bien claro, que cuando sus generales penetraron a nuestra nación ustedes contaban con un millón y medio de personas y suficientes pertrechos militares.
En tanto, la República Dominicana completamente deshabitadas con tan sólo trescientos cincuenta mil espíritus humanos con apenas machetes, palos, piedras y algunos fusiles viejos para defenderse, de acuerdo al libro: " Composición Social Dominicana".
Sin embargo, esas debilidades no les quitaron los ánimos a los defensores de la libertad para respirar el aire de emancipación.
A los haitianos que se dediquen a reconstruir y a organizar su nación si es que se le podría llamar país.
A mi visión o concepto, eso es un trozo de tierra superpobladas de gentes sacada de las mismas entrañas de África, como si se tratase de una pelicula donde imperan las leyes de la selva.
Dejen de soñar y despierten porque se pasarán siglos tras siglos, o mejor dicho todas sus vidas con el sueño de querer apropiarse de la República Dominicana, país que no es de ustedes y el cual nos ha costado mucho sacrificio llevarlo al sitial donde hoy se encuentra.
Sepan además, que la República Dominicana hoy tiene una mejor Fuerza Armada para defendernos cuando sea necesario.
Tiren la mirada hacia su propia geografía y dejen su odio y envidia, porque mientras haya un dominicano respirando y el corazón latiendo como dice un merengue: "tu me hace corazón, me hace corazón, tuntun", defenderemos cada rincón de nuestro 48 mil kilómetros cuadrados.
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