CODIGO 32 // CIENCIA Y TECOLOGIA
Los ejemplares machos de las moscas de la fruta que
son rechazados por la hembra toman significativamente más alcohol que
los que han copulado libremente, sostienen científicos.
En un artículo en la revista Science, los
investigadores sugieren que el alcohol estimula el cerebro de las moscas
como un "premio" similar a la conquista sexual.
El trabajo apunta a un químico cerebral llamado neuropéptido F, que parece estar regulado por el comportamiento de la mosca.
Los cerebros humanos tienen un compuesto químico similar, que puede reaccionar de modo parecido.
La conexión entre el alcohol y este químico,
conocido en los humanos como neuropéptido Y, ha sido ya señalada en
estudios que involucran a ratones consumidores de alcohol.
Recompensa
El nuevo trabajo explora el vínculo entre esa
búsqueda de recompensa y el estudio de las interacciones sociales, dijo
el autor principal del informe, Galit Shohat-Ophir, quien actualmente se
encuentra en el Instituto Médico Howard Hughes, en Virginia, Estados
Unidos.
"Se cree que el sistema de recompensas
evolucionó para fortalecer comportamientos que son importantes para la
supervivencia tanto del individuo como de la especie, incluyendo el
consumo de alimento y la copulación", dijo a la BBC Shohat-Ophir.
"Las drogas secuestran los mismos senderos
neurales usados por las recompensas naturales, así que queríamos usar el
alcohol, un ejemplo extremo de un compuesto que puede afectar el
sistema de recompensas, para adentrarnos en el mecanismo de lo que hace
satisfactoria la interacción social para los animales".
Trabajando en el laboratorio de Ulrike Heberlein
en la Universidad de California, San Francisco, Shohat-Ophir y sus
colegas sometieron a varias moscas a una amplia variedad de situaciones.
En un conjunto de experimentos, los machos
fueron puestos en una caja con cinco hembras vírgenes, que aceptaron los
avances de los machos. En otro experimento, los machos fueron
encerrados con hembras que ya habían copulado y que por lo mismo
rechazaron de manera rotunda sus intentos de tener sexo.
Después podían escoger entre el alimento normal y una versión cargada
con 15% de alcohol. Los machos que habían logrado copular evitaron el
alcohol, mientras que los que no habían conseguido sexo se "entregaron a
la bebida".
A continuación los científicos fueron a buscar
un químico que pudiera conectar las dos partes de esta historia, y
encontraron el neuropéptido F (NPF).
En los mamíferos el químico cerebral análogo es el neuropéptido Y.
Encontraron que los machos rechazados y
bebedores tenían un nivel reducido del químico. Mientras que los machos
que sí habían conseguido copular y que habían evitado el trago tenían un
nivel elevado del químico en cuestión.
"Lo que creemos es que esos niveles de NPF son una especie de firma molecular de la experiencia", dijo Shohat-Ophir.
Lecciones
Para mostrar que el NPF es en realidad
responsable del cambio y no simplemente que está asociado al mismo, los
investigadores manipularon activamente la cantidad de NPF en el cerebro
de las moscas.
Los que tenían niveles deprimidos actuaban como
los machos rechazados y los que tenían niveles elevados actuaron como
los machos copuladores.
"Lo que esto nos lleva a pensar es que el
cerebro de la mosca, y presumiblemente el de otros animales y el de los
humanos, tienen todos un sistema para controlar el nivel de recompensa
interna. Una vez el nivel de recompensa interna está deprimido, será
seguido por comportamiento que lo restaure al nivel original", apuntó
Shohat-Ophir.
Es tentador, dado que los humanos comparten un
químico cerebral similar, imaginar que el NPF conduce el comportamiento
humano también.
Sin embargo, en otro artículo de Science, Troy
Zars de la Universidad de Missouri escribió que "antropomorfizar los
resultados de las moscas es tentador, pero la relevancia al
comportamiento obviamente no está aún comprobada".
Sin embargo, sugirió, "identificar el sistema
NPF como crítico en esta conexión ofrece emocionantes perspectivas para
determinar los mecanismos moleculares y genéticos de recompensa y
potencialmente podrían influir en nuestro conocimiento de los mecanismos
de las drogas de abuso", afirmó.
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