La fiscalía acusa al capitán de homicidio y abandono del barco
La Fiscalía de la provincia Grosseto ha decidido ordenar el arresto del comandante del crucero Costa Concordia,
Francesco Schettino con la acusación de naufragio, homicidio y abandono
del barco antes de poner a salvo a los pasajeros.
El fiscal Francesco
Verusio ha declarado en rueda de prensa que “el comandante se acercó muy
torpemente a la isla de Giglio, golpeando un escollo que se empotró en
el lado izquierdo de la carena, haciendo inclinar la embarcación que
embarcó muchísima agua en dos, tres minutos”. Un trozo de aquella roca
asoma de la brecha de 70 metros abierta en la carena de la embarcación
encallada frente a la isla de Giglio, en la región de Toscana.
Según el fiscal, el impacto aconteció a las 21.45 horas del viernes
pero la Capitanía no fue alertada de inmediato. Los investigadores
(Verusio actuó en coordinación con los carabinieri y los agentes de la
Capitanía de Puerto) sostienen que el comandante dejó la embarcación
sobre las 23.30, cuando la mayoría de los pasajeros estaba aún esperando
ser evacuados.
Los últimos en dejar el Costa Concordia lo
hicieron sobre las 2.30 de la madrugada. Por eso Schettino y su vice,
Ciro Ambrosio, están acusados de homicidio culposo y abandono de la
embarcación.
Queda por aclarar por qué las maquinarias del crucero —varado en
julio de 2006— no relevaron la presencia del escollo y por qué el
Concordia navegaba tan cerca de la isla. El brazo de mar entre la costa y
el Giglio mide 16 kilómetros de ancho, 8,6 millas.
La embarcación debía
navegar a 3 millas de la isla y a 5 de Toscana. “El mar estaba llano,
no había viento que pudiese justificar un desvío en la ruta —comenta una
portavoz del Comando General de la Capitanía de Puerto— El arresto [del
comandante] significa que fue un error humano y no un problema
técnico”.
Schettino, de 50 años y 30 de experiencia, interrogado por la
Capitanía y la Fiscalía, que abrió una investigación por homicidio y
desastre, dio su versión de los hechos. “Mientras procedíamos con la
normal navegación turística, dimos con la punta de una roca que no
estaba señalizada en el mapa. Nos hallábamos a 300 metros de los
escollos y aquella punta no debía de estar allí”, dijo a un medio
italiano.
La embarcación empezó a embarcar agua pero el comandante
siguió navegando y solo más tarde invirtió el rumbo dirigiéndose hacia
la costa más cercana. El acercamiento evitó consecuencias más trágicas.
Schettino declaró encontrarse en la sala de comando al momento del
impacto, mientras que algunos pasajeros dicen que estaba en el salón
donde en aquellos momentos se servía la cena.
“En la primera llamada a la Capitanía de Puerto —cuenta la portavoz—
solo nos dijeron que el crucero embarcaba agua. Probablemente, en un
primer momento, la tripulación pensó que sabría gestionar la
emergencia”. A 24 horas de distancia del naufragio del Costa Concordia,
los buzos de la Guardia costera seguían buscando “dentro y fuera de la
embarcación cerca de personas aún no rescatadas”, dijo una portavoz de
la Capitanía de Puerto.
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