CODIGO 32
El ritmo de la bachata dominicana demostró ser tan contagioso que provocó que una monja, ni corta ni perezosa, interrumpiera el baile de una pareja de periodistas criollos para pedir le permitieran ensayar unos pasos. El baile de la religiosa y el periodista provocó revuelo y en medio del regocijo y la incredulidad relampagueaban flashes de cámaras y celulares con Frank Reyes cantando Princesa. Para los detalles de esta noticia haga clic en el titular...
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