CODIGO 32
Por Andrés Beato Betances Andrés Beato 04@gmail.com
"Usted no puede
evitar
que los problemas golpeen a su
puerta.
Pero no hay necesidad
de ofrecerle
una silla".
Joseph Joubert
La corrupción representa
uno de los principales problemas en América Latina, específicamente en
República Dominicana en donde los funcionarios públicos, los encargados de hacer cumplir la ley no pueden desempeñar sus funciones con
honradez porque violentan la Carta Magna, considerada por el fallecido
presidente Doctor Joaquín Balaguer Ricardo como un pedazo de papel mientras el
mandatario no tiene las agallas para combatirla porque la misma es el gobierno.
Los ciudadanos deben ser
más exigentes con los representantes que van a
elegir y el presidente con los funcionarios del Estado que vaya a
nombrar.
Desde la Primera
República, época en la que Pedro Santana y su caterva traicionaron a los
miembros de La Sociedad Secreta La Trinitaria, nuestros políticos han cohibido
la estabilidad de las gentes y una gran representación se auxilia emigrando y
buscando a modo el lenguaje popular dominicano: "como toros" con las
cornamentas apropiadas y bien ajustadas.
El escenario político se
vuelve cada vez más caliente y hay que cortar la temperatura con los filos de
una navaja, por lo que es necesario que determinados dirigentes abandonen las
ideas de "sálvese quien puedas", y en particular con la fermentación
de la corrupción que está al por mayor y al detalle para los facinerosos que la
apetezcan.
Esta operación empieza
desde el inicio de campaña asentando en las de no perder de vistas a auténticas
organizaciones políticas, al recorrido de estar establecidas a las categorías
de empresas contratistas que colectan 500 dólares por clavos.
Ciertas de estas entidades
tras enseñar los dientes hay que servirles con el Dike o Dicea, que en la
mitología griega personificaba la Divinidad de la Justicia.
Se reseñaba que esta
mujer vigilaba las barbaridades que cometen los humanos y le informaba a Zeus
para que castigara a los culpables de las malas prácticas sociales.
Jesucristo, en sus
caminatas pastoril les dijo a sus discípulos que la sal es buena pero si se
vuelve insípida no puede salar otra vez, no sirve para nada, es decir, que la
sal de la corrupción tampoco sirve ni para sazonar la tierra.
Es tiempo de que los
funcionarios y políticos de la oposición dejen de darse golpes de pechos y
pongan más atenciones a problemáticas nacionales sin tararear tantas
hipocresías.
Entiendan de igual modo,
que un verdadero líder es alguien que conoce el camino, anda el camino y
muestra el camino, pensando siempre en el bienestar colectivo, en los
desposeídos que también saben pisar la tierra con el velo brillante de la
apreciación.
Los que dicen llamarse
líderes en los últimos años únicamente los que han hecho es enseñarle a nuestra
juventud el camino de la corrupción, que obstaculiza el progreso de la
población en general, incluyendo a muchos profesionales. (Fenomenal educación!).
El liderazgo no debe ser
un capricho utilizado en el tiempo y en el lugar inadecuado, significa
concentrarse en las habilidades para dirigir y gobernar con Don de Mandos y
poner a pruebas la honestidad, que es la voluntad para liberarse de cargas
emocionales innecesarias y no dejar que el barco se hunda.
Cada cuatro años en
nuestro país compran votos y venden almas, sencillas formas para engañar al
pueblo.
Esperan una vez más que
les brinden otras oportunidades porque quieren ser como Mickey Mouse: tan
adorables! y que la gente olvide que son impostores, ladrones y traidores.
Recuerden mis gentes, no
importa cuantas veces la serpiente muda de piel...siempre será serpiente.
La pregunta de la
actualidad es: De qué ha valido aprobar la ley 4400 que promueve la lectura en
las escuelas del primer libro de la humanidad, la Biblia que es la palabra de
Dios y aparece en nuestro emblema patrio, si bien un gran porcentaje de los
jefes de familias en los hogares dominicanos son culpables tras inculcarles a
sus hijos que tienen que ser ricos a como dé lugar para salir de la pobreza y
aparentar los que no son en la sociedad?
Por más que saltemos
como los canguros en el desierto australiano los valores morales y cívicos se
perdieron por completos.
A veces es preciso un
poco de locura y saber dar los pasos correctos sin permitir que los brazos
tuerzan ni que tus emociones dominen sobre tu inteligencia.
Es entendible que en el
sistema en el cual vivimos la paciencia aún siendo una virtud que tiene más
poder que la fuerza, muchas de nuestras personas no la consideren de tal modo
por la gran desesperación y competencia reinante de quién ostente más recursos económicos o llegue
primero a la meta.
Alissa Vienna, filósofa
y escritora rusa fallecida en 1982 en la ciudad de New York escribió este
meditado mensaje: "Cuando adviertas
que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada:
cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes sino
con favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por
influencias más que por su trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos
sino, por el contrario, son ellos los que están
protegidos contra ti; cuando descubras que la corrupción es recompensada
y la honradez se convierta en un auto-sacrificio, entonces podrás afirmar, sin
temor a equivocarte, que la sociedad está condenada".
Sostengo desde la humilde
guarida en donde vivo que la política es un juego feo en donde los dirigentes
requieren de muchas habilidades para mover las fichas del ajedrez y lograr que
otros hagan los indispensables por ellos luego de perder las vergüenzas.
Quienes los obedecen pierden
también respetos de los amigos y familiares, así como de los mismos gatos que se volvieron
malos agradecidos con la llegada de los perros hambrientos y rabiosos que
todavía no asimilan que la corrupción es la sal que no sirve para nada.
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