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martes, 10 de junio de 2014

El hombre mediocre de José Ingeniero en la vida social y política dominicana

 CODIGO 32

Por Arturo Taveras
´´Cuando el hombre mediocre logra una corona, tarde o temprano, la pierde porque sus conquistas son en base a las artimañas que lo caracterizan´´ 

El sociólogo y médico ítalo-argentino José Ingenieros escribió un libro titulado ´´El Hombre Mediocre´´, el cual fue  publicado en el año 1913, cuya obra  trata sobre la naturaleza del hombre, comparando dos tipos de personalidades: la del hombre mediocre y la del idealista.

José Ingeniero analiza las características morales de cada uno y las formas y papeles que estos tipos de personalidades han adoptado en la historia, la sociedad y la cultura, lo que en la actualidad se aplica a la vida social y política del dominicano, donde muchos mediocres se convierten en aves de carroña  para lograr ascender y tener una vida cómoda sin tener que forzar su cerebro para crecer de manera intelectual y aplicar lo aprendido a favor de la colectividad.

EL HOMBRE MEDIOCRE

Según Ingeniero,  ´´El hombre mediocre es incapaz de usar su imaginación para concebir ideales que le propongan un futuro por el cual luchar. De ahí que se vuelva sumiso a toda rutina, a los prejuicios, a las domesticidades y así se vuelva parte de un rebaño o colectividad, cuyas acciones o motivos no cuestiona, sino que sigue ciegamente. El mediocre es dócil, maleable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad, contrario a la perfección, solidario y cómplice de los intereses creados que lo hacen borrego del rebaño social. Vive según las conveniencias y no logra aprender a amar. En su vida acomodaticia se vuelve vil y escéptico, cobarde. Los mediocres no son genios, ni héroes ni santos.

Un hombre mediocre no acepta ideas distintas a las que ya ha recibido por tradición y ataca de manera feroz a quienes dicen lo contrario de lo que piensa,  sin darse cuenta de que justamente las creencias son relativas a quien las cree, que pueden existir hombres con ideas totalmente contrarias al mismo tiempo. A su vez, el hombre mediocre entra en una lucha contra el idealismo por envidia, intenta opacar desesperadamente toda acción noble, porque sabe que su existencia depende de que el idealista nunca sea reconocido y de que no se ponga por encima de sí.

Es el prototipo de la mayoría de los políticos dominicanos que, por lograr una vida cómoda, se convierten en borregos, mulas, chivos expiatorios, peones, sobre todo, perros vira latas que tienen que esperar a que el amo o jefe político le deje caer una migaja para comer.

EL HOMBRE IDEALISTA

El hombre idealista es un hombre capaz de usar su imaginación para concebir ideales legitimados sólo por la experiencia y se propone seguir quimeras, ideales de perfección muy altos, en los cuales pone su fe, para cambiar el pasado en favor del porvenir; por eso está en continuo proceso de transformación, que se ajusta a las variaciones de la realidad. El idealista contribuye con sus ideales a la evolución social, por ser original y único; se perfila como un ser individualista que no se somete a dogmas morales ni sociales; consiguientemente, los mediocres se le oponen. El idealista es soñador, entusiasta, culto, de personalidad diferente, generoso, indisciplinado contra los dogmáticos. Como un ser afín a lo cualitativo, puede distinguir entre lo mejor y lo peor; no entre el más y el menos, como lo haría el mediocre.
En el plano político, cuando  el hombre idealista aplica la moral y no logra imponerse a base de la explotación del mediocre y del uso de los recursos del pueblo es atacado de manera inmisericorde  y tratan de desmoralizarlo, empañar su reputada imagen   embarrándolo con el excremento de su mediocridad.

Es que como plantea José Ingeniero, en la vida política y social "El hombre mediocre forma parte de un rebaño o colectividad, cuyas acciones o motivos no cuestiona, sino que sigue ciegamente. El mediocre es dócil, manejable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad propia, contrario a la perfección, es  cómplice de los intereses creados por aquellos que los hacen borrego del rebaño social. Como político, el hombre mediocre se convierte en lobo feroz y vive como el zorro, según las conveniencias. Es por eso que  se deshumaniza y no logra aprender a amar. Todo el que no esta con el es u enemigo. En su vida acomodaticia se vuelve vil, escéptico y cobarde. Los mediocres no son genios, ni héroes, ni santos."  A su vez, intenta apocar desesperadamente toda acción noble, porque sabe que su existencia depende de que el idealista nunca sea reconocido y de que no se ponga por encima de sí".

En la política y en la vida social y económica dominicana, el hombre mediocre es sectario,  egoísta, hipócrita y en su afán por sobre salir sin ideales propios  busca afectar los méritos de los demás  con mentiras inventadas, haciendo uso de la chismografía para alimentar la discordia y así traspasar su imagen mediocre a los que crecen con sus propias ideas y su trabajo digno sin dañar a nadie.

MEDIOCRE

La palabra mediocre tiene su origen en el latín: mediocris. El concepto original de esta palabra significa lo que está a mitad de la montaña o peñasco. Con el tiempo adquirió el significado actual. La Real Academia Española define la mediocridad: "de calidad media", de "poco merito, tirando a malo".
Esta expresión se utiliza en todos los ámbitos, culturales, científicos, artísticos, económicos, entre otros, y siempre conlleva un elemento valorativo y en cierta manera despectivo: es estar a medio camino, no estar definido porque ni siquiera llega a ser malo.




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