CODIGO 32
La estructura victoriana de la que fuera la residencia del
expresidente de la República
y de la compositora del himno a las madres, Horacio Vásquez y Doña Trina Moya, luce en
total abandono y los objetos que allí habían desaparecieron como por
arte de magia, sin que las autoridades municipales
hayan dado importancia a la problemática que padece esa reliquia historia que muere ante la mirada injusta de todos.
Se trata de la casa que fuera refugio del amor y el solaz esparcimiento del
ex presidente dominicano Horacio Vásquez
y de la ex primera dama, compositora del
himno a las madres, Trina Moya de Vásquez.
La casa de Horacio, como le llaman los tamborileños, construida al
estilo victoriano, en calle Real, número 97 de Tamboril, yace en este municipio sin vida, atosigada, a punto de ser derribada por
la polilla y otras plagas que la ha
hecho suya, bajo la complicidad tiempo y
del castigo de la sombra que la esconde de la mirada de las autoridades.
Con más de 115 años
de haberse construido, la casa donde vivieron los dos personajes de la historia
política y social dominicana, esta a punto de caerle encima a la iglesia católica
que la utiliza como escuela y las autoridades municipales que esperan volver a
utilizarla como tema de campaña
A pesar de que en ella funciona una escuela laboral, de arte
y costura, conocida como Corazón de Jesús, nadie echa una ojeada a su deterioro
y muy pocas voces salen a su rescate.
Herman Rodríguez, nos relata que en la casa se conservaba la
caja fuerte de Horacio, una bañera, su cama y otros objetos que han
desaparecidos o lanzados a la basura por la ignorancia de personas que no saben
de historia.
La edificación fue donada a la iglesia católica por Toñita
Moya, hija de crianza de Horacio y su esposa Trina Moya, lo que no es un
obstáculo para que la casa sea un
patrimonio cultural que debe ser preservado.
Con múltiples pasillos laterales, puertas inmensas y amplio
patio la casa de Horacio era considerada un palacete en su época y en esta
vivió la pareja los últimos años de su vida prácticamente
exiliados por el gobierno de Trujillo.
La casa es un verdadero tesoro por la amplitud de sus
espacios, su piso en madera, las reliquias que conserva en el interior como su
cocina, los cuartos y el frente con unos
taburetes poco comunes en la
arquitectura de hoy.
Horacio Vásquez vivió
en esa casa rodeado de una pequeña escolta personal que le fue fiel hasta la
muerte. Se escucha que Vázquez se mantuvo recluido tranquilamente en su casa de
tamboril hasta su fallecimiento en 1936.
La escuela
Juana Pastora Henríquez, es la directora de la escuela
laboral que funciona en la casa donde
vivió Vásquez, pero ella sólo dedica tiempo a la docencia, sin poder decidir
nada sobre la casa y tal vez sin percatarse
que aquella esta es un patrimonio cultural que se encuentra abandonada, desamparada
de toda autoridad que puede hacer algo por esta.
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