Los Candidatos que pagan para llegar, suben para robar
Por Andrés Beato Betances
Email: Andrés Beato 04 @ gmail. com
El autor es periuodista, poeta y escritor.
"Vamos a invertir primero en educación, segundo en educación,
tercero en
educación. Un pueblo educado tiene las mejores opciones en la vida y es muy
difícil que lo engañen los corruptos y mentirosos". Jose (Pepe) Mujica/
José Mujica, quien fuera presidente de la
República Oriental del Uruguay, dijo en una ocasión ostentando todavía el
poder, que pertenece a una generación que quiso cambiar el mundo, que fue
aplastado, derrotado, pulverizado, pero que sigue soñando que vale la pena
luchar para que la gente pueda vivir un poco mejor con un mayor sentido de
igualdad.
Cuando los
mandatarios y candidatos dominicanos así
como de otras naciones de América Latina se reflejen en el espejo de José Mujica (Pepe) que fue un ejemplo como
gobernante, quizás la nación con la
sombra de la corrupción que amenaza a funcionarios tome un giro de 360 grados
puesto que el espejo nunca miente y la sombra nunca se aleja.
Además de
entender, que para lograr sus objetivos no tienen que invertir tantos dineros
en sus campañas comprando votos y vendiendo las almas al diablo, ya que no son
vistos como candidatos políticos sino más bien como comerciantes y como
comerciantes solos piensan en sacar provechos personales, y a los que menos
estiman que no les sirven son a las propias gentes.
Estos
engendros, surgidos de ultratumbas, jamás combatirán la pobreza porque
necesitan tener siempre algo debajo de las mangas que ofrecerle al pueblo para
poder tener otra vez la oportunidad de repostularse.
Sin embargo,
pobres no son los que tienen poco, sino los que no tienen vergüenzas de usar
las mismas ropas, de no tener caros celulares o tener que tomar diariamente
vehículos publicos y motoconchos para trasladarse a los respectivos centros de
trabajos, pobres y avergonzados son los que quieren mucho y aparentar los que
no son.
Lo peor de
parte de una sociedad manipulada por la politica es ver a pobres defendiendo a
ricos culpables de sus pobrezas.
Nuestros
"representantes" cuando llegan a los curules durante los cuatro años
que se mantienen chupando del erario
público, no necesitan la autorización de quienes no producen nada para ellos
enriquecerse. Comprueban que el dinero fluye sin tener que traficar con bienes
sino con los favores que reciben.
De igual
forma, cada día perciben que se abultan sus bolsas de valores a través de
sobornos e influencias más que por sus labores.
Asimismo,
comprueban que las leyes no protegen a la gente humilde por el contrario, son ellos los que están
protegidos.
Los
políticos están conscientes y seguros que la corrupción es recompensada y la
honestidad que es la voluntad de uno en
este universo se convierte en un autosacrificio.
Entonces, al
final del problema algebraico nos damos cuentas sin temor a equivocarnos aunque
muchos ciudadanos dejan pasar las bolas, que
la sociedad está condenada porque en ese y en otros sentidos los
políticos no conocen la palabra ecuanimidad ni mucho menos la ética
profesional.
Tampoco
saben fomentar acciones de sensibilización social a fin de extender el valor de
la sana convivencia, la solidaridad y la cooperación humana, debido a que está
claramente evidenciado que la educación surge desde el mismo seno familiar.
No se puede
tapar el sol con la punta de un dedo y reconocer que la igualdad no existe ni
existirá, pero hay que darle a cada quien el lugar que le corresponde.
Al gran matemático
persa Al Juarisari le preguntaron sobre el valor del ser humano y este
respondió: Si tiene ética entonces su valor es igual a uno. Si es inteligente,
agregale un cero y su valor será igual a diez.
Si también
es rico, súmale otro cero y su valor será igual a cien. Si por sobre todo eso
es una persona de bello aspecto, anotale
otro cero y su valor será igual a mil.
Pero si
pierde el uno, que corresponde a la
ética, perderá todo su valor, pues solamente le quedarán los ceros.
Es tan
sencillo: Sin valores éticos ni principios sólidos lo único que queda son
delincuentes, corruptos y personas que no valen nada.
En tal
magnitud, en la actualidad son muchas las personas que al no poder desarrollar
toda su inteligencia optan por hacerse político y eso nos hace a todos
culpables, pero si hubiera que repartir
responsabilidades, las mayores caerían sobre ciertas clases de
dirigentes.
En conclusion, no somos un país pobre, somos una nación
empobrecida por políticos mafiosos que han sangrado a su propia patria: no nos
faltan recursos, nos sobran ladrones. Asombrosos!!!
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