Declaran a Jhonny Ortiz embajador del Cigarro Dominicano en Estados Unidos
TAMBORIL, R. D.-En una noche que encendió la historia con la brasa de la gratitud, el empresario y concejal, de origen dominicano, en el Town de Haverstraw Jhonny Ortiz fue reconocido como embajador de la industria del tabaco de Tamboril en los Estados Unidos, un homenaje que lo consagra como símbolo de identidad y orgullo tamborileño en el extranjero.
El tributo tuvo lugar durante el majestuoso evento “Generaciones de Humo”, celebrado la noche del miércoles 15 en Tamboril, bajo la impecable organización de los hermanos Juan y Leandro Gómez, en el marco de las fiestas patronales San Rafael 2025.
Bajo un cielo vestido de luces, entre notas musicales y rostros emocionados, se rindió homenaje a los hombres y mujeres que, con manos de fuego y alma de esperanza, sembraron la semilla de una industria que hace respirar prosperidad al pueblo conocido mundialmente como la Capital del Cigarro.
En medio de los aplausos y el aroma del tabaco recién encendido, el nombre de Jhonny Ortiz se alzó con fuerza, como un eco que abrazó la memoria colectiva de Tamboril, quien compartio similar regocijo con Francisco Rosario-Paanguete- otro hijo de Tamboril .
Al recibir el reconocimiento, visiblemente emocionado, Ortiz expresó que este premio “es el más importante de todos los que he recibido, porque viene de mi pueblo, de mi gente, del suelo donde nací y donde aprendí el valor del trabajo”
Empresario, líder comunitario y concejal en dos ocasiones del Town de Haverstraw, en el condado de Rockland, Nueva York, Ortiz es también presidente de Ortiz Cigar, empresa productora de cigarros que lleva al mercado internacional el orgullo del tabaco dominicano.
Con su voz potente y llena de emoción, Ortiz recordó sus raíces en el barrio Felipe Durán y su formación en la Escuela Sergio A. Hernández y el Liceo Braulio Paulino, hasta alcanzar estudios superiores en UTESA y Fairleigh Dickinson University, en Estados Unidos.
El público lo despidió de pie, entre vítores y aplausos, mientras las luces del escenario parecían sellar una noche donde el humo del tabaco se convirtió en símbolo de orgullo, historia y corazón tamborileño.
“Generaciones de Humo” no solo fue una ceremonia; fue un canto al legado, una celebración de la memoria viva de un pueblo que, entre el aroma del tabaco y la fuerza de su gente, sigue escribiendo su nombre con letras de oro en el mapa del mundo.
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