El 4to. Festival de Poesías “Tomás Hernández Franco” encendió con versos la llama cultural de Tamboril
TAMBORIL, R.D.- La noche del viernes 31 de octubre de 2025 se convirtió en una sinfonía de versos, notas musicales y aplausos en la Biblioteca Municipal, donde el 4to. Festival de Poesías “Tomás Hernández Franco” encendió con versos la llama cultural de este pueblo y vistió de gala la esencia creadora de los tamborileños.
Dedicado a sus escritores de Tamboril, el evento fue un canto a la identidad, una celebración de la palabra convertida en poena y vuelo cultural de un pueblo que trabaja al compás de la música, los versos y el canto.
La apertura del festival fue un soplo lirico: un saxofonista acarició el aire con su música, tiñendo de melancolía dorada el comienzo del encuentro.
Mario Crescencio Bulduán y su esposa Jaqueline Estrella ofrecieron las palabras de bienvenida, como guardianes de un sueño que florece entre libros y memoria para crear una costumbre artística sin precedentes en la Pajiza Aldea, Villa de Los samanes: El Festival de Poesías Tomás Hernández Franco.
El arte se volvió espejo humano cuando fue proyectado un video de Danny Brito, artista de la fotografía y productor cinematográfico, quien retrató con voz, música y canto la vida de Tamboril: su pulso de trabajo, su belleza rural, su espíritu indomable.
Después, un segundo video honró a los escritores del municipio, muchos de los cuales, presentes en la sala, se pusieron de pie para recibir una ovación prolongada, como un aplauso que respiraba gratitud.
El empresario, periodista y escritor Johán Rosario tomó la palabra en nombre de los homenajeados, agradeciendo el reconocimiento y declarando con orgullo que “ser escritor de Tamboril es llevar el alma del pueblo escrita en la piel”. Lo mismo hizo el abogado y escritor Anastacio Jiménez.
La noche alcanzó su cima poética con las declamaciones: versos que viajaron desde la grandeza del pueblo de Tamboril hasta los ecos del conflicto en Oriente Medio, donde la voz Mario Crescencio Bulduan y de Elsa Brito de Domínguez se alzaron como plegaria contra el genocidio , comparando el niño palestino con el niño Jesús de Belén, en un clamor de amor y justicia.
El acto, que tuvo una duración de dos horas, fue también danza y movimiento cuando las niñas Wisleiny Guzmán, Franneris Flores y Franialba Flores encarnaron la poesía en sus pasos y coreografías, mientras una comisión de poetas de Santiago Rodríguez y un ciudadano cubano aportaron matices internacionales al evento.
Entre los expositores y poetas participantes destacaron: Rafael Estévez, de Santiago Rodríguez; Edwin Polanco; profesor Arismendy Estévez; educadora Jaqueline Estrella; Nátali Mena; arquitecto y ensayista José Mercader; Mario Bulduán; abogado y dramaturgo Anastacio Jiménez; poetisa Elsa Brito; Racson Morejón, poeta cubano; Sandra Margarita Fernández; Mónica Cruz; Leocadio Castillo; Maximiliano Pérez; Alba Vásquez y Dagoberto López Coño.
El festival no fue solo un evento literario, sino un acto de comunión entre la palabra y la tierra, entre la historia y el porvenir.
En Tamboril, la poesía no se recitó: se respiró, se sintió y se vivió.
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